Costa Rica es la revelación del torneo.
La doctrina Monroe, eso de “América para los americanos”, tiene su dimensión futbolística. En todos los mundiales celebrados en suelo americano siempre lo ha ganado un equipo del continente. Y aunque sólo estamos en octavos, en Brasil 2014 avanzan con paso firme los equipos americanos.
Los sudamericanos, que este año son seis, vuelven a demostrar que son una potencia geofutbolística. A la obligada clasificación de Argentina y Brasil, se unieron Chile, Colombia y Uruguay. Sólo se quedó fuera Ecuador.
Pero la noticia sorprendente está un poquito más al norte: nunca antes tres equipos de la Concacaf habían pasado a la segunda fase como este año. Sólo fue eliminada Honduras: Costa Rica, EE.UU. y México ya están entre los 16 mejores.
En Brasil 2014, los lamentos no pasan por América: al ya casi tradicional estrépito del campeón defensor –esta vez turno para España– se ha unido la decepción inglesa y sobre todo que Australia y Camerún se van sin hacer un solo punto.
Los americanos, al contrario, copan la mitad de los octavos de final. Nunca antes había habido tantos como ocho de las dos confederaciones americanas, el récord eran siete.
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¿Cenicientas?
Los de la Concacaf, norte y centroamericanos, históricamente llegaban a los mundiales con aquel espíritu olímpico de que, bueno, en cualquier caso lo importante era participar.
Por más optimismo que llevaran, solían ser la cenicienta del grupo en que encajaban. No en vano, han llegado a estar representados por Canadá, Jamaica o Trinidad y Tobago.
La excepción, tal vez, es México –tan optimistas al llegar como tenaces en decepcionar a los suyos al salir– y últimamente EE.UU., que en 2002 hicieron cuartos de final y en Sudáfrica 2010 octavos.
La hinchada estadounidense es la que más entradas compró.
Ochoa ha sido una de las estrellas de México.
Pero con todo, si se hubieran ido a casa los cuatro a las primeras de cambio, a nadie hubiera sorprendido, por más que para los mexicanos fuera un trance más duro de asumir que para el resto.
Lejos de eso, ahora no sólo compiten sino que le plantan cara a cualquiera: México consiguió un meritorio empate con Brasil y goleó a Croacia, y EE.UU. dejó atrás a la Portugal de Cristiano Ronaldo.
Y sobre todo, Costa Rica, que han sido la sensación del torneo.
“El secreto de la Concacaf está en entender que tiene jugadores y que hay que sacarles lo mejor a cada uno”, opina Armando Neria, editor de ESPN México.
“Antes jugaban con esquemas muy defensivos pensando que cualquier equipo los iba a avasallar pero esta vez ni Costa Rica, ni EE.UU. ni México han sido defensivos”, agrega.
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México por la ventana
“Salvo México, los otros están apostando por proyectos. A EE.UU. le están saliendo las cosas con el alemán Jurgen Klinsmann y a Costa Rica le funcionó sacar a La Volpe y contratar a Pinto”, comenta Neria.
Y es precisamente eso lo que sorprende del buen papel mexicano, que llegaron por la ventana al Mundial, sin proyecto, tras tener que ir a una repesca con Nueva Zelanda.
Herrera se ha hecho popular pos su expresividad.
El equipo tenía muy mala pinta. A la desesperada, recurrió al temperamental Luis “el Piojo” Herrera para el repechaje. Ni siquiera era entrenador titular, fue “cedido” por el América, uno de los equipos más populares y poderosos del país.
El Piojo llegó como apagafuegos después de que por el banquillo del Tri hubieran pasado cuatro entrenadores y México tuviera los peores resultados históricos en la preclasificación.
Se auguraba desastre, pero el volcán que es Herrera fue capaz de unir el vestuario e imprimir su garra en la cancha. Así, los mexicanos no sólo logran la clasificación para octavos de final, sino que lo hicieron con un juego más que convincente.
Lo tienen muy difícil contra Holanda, que por su contundencia al contraataque se ha convertido en candidata al título. Sin embargo, por juego, no parece del todo descabellada una victoria mexicana. Deberá volver a tener su día el arquero Memo Ochoa.
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Los ticos sobreviven a la muerte
Costa Rica llegó a Brasil tras un muy convincente papel en la región. Después de un mal comienzo de la eliminatoria previa bajo la dirección del argentino Ricardo la Volpe, la federación costarricense apostó por el colombiano Luis Pinto.
“Dieron un giro de 180 grados. Y terminaron haciendo una gran eliminatoria”, le comenta Neria a BBC Mundo.
Y aunque la trayectoria invitaba al optimismo, el del sorteo de grupos fue un día gris en Costa Rica. Les tocó Inglaterra, Italia y Uruguay. Había que ser muy fanático o atrevido para apostar por ellos ante tres campeones del mundo.
Costa Rica le ganó a Italia.
Casi todos lo llamaban el grupo de la muerte, aunque había quien decía que no lo era tanto precisamente porque había un equipo asequible, sin tanto caché, Costa Rica. Pero Joel Campbell, Brian Ruiz Óscar Duarte y compañía pusieron Brasil 2014 patas arriba.
Sorprendieron cuando le ganaron a Uruguay, dejaron al mundo boquiabierto cuando también se impusieron contra Italia y cumplieron con el trámite de una Inglaterra ya casi defenestrada en un partido que muchos dirán que era el perfecto ejemplo del mundo al revés.
El buen papel tiene un explicación, según Neria: “Ahora cuentan con jugadores en equipos europeos pero con una base local importante que permite trabajar en concentraciones especiales y eso finalmente ayuda a definir un estilo”.
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Messi es por fin el líder que buscaba Argentina.
Messi vs Neymar
Si la Concacaf ha sido la reivindicación del juego colectivo, con mucha mano de los entrenadores, los argentinos y brasileños han basado su pase a octavos en la eficacia goleadora de sus estrellas: Messi y Neymar ya lideran la tabla de artilleros.
Argentina todavía no ha tenido un rival de entidad delante y el cuadro le sonríe. No debería tener problemas con Suiza y luego Bélgica o EE.UU. Se supone que lo tendrá fácil hasta que en semifinales se las tenga que ver con Holanda –o México o Costa Rica–.
Brasil, por su parte, ha hecho valer la motivación de su estrella Neymar y su condición de local, pero el juego exhibido está lejos de ser el del equipo avasallador que se esperaba.
Es más, Brasil es favorito, pero no sería tirar el dinero apostarle a Chile, otro de la Conmebol que convenció: contundente con Australia y España, obligó a Holanda a sacar lo mejor de sí para ganar.
Encajado en el grupo de la muerte, Uruguay, como siempre, al igual que en la clasificación premundial, demostró que es capaz de lo mejor y de lo peor: sí, perdió contra Costa Rica, pero le ganó nada menos que a Inglaterra e Italia.
Neymar ha liderado el ataque brasileño.
Lo malo
Pero no todo son parabienes en la actuación de los equipos americanos, también hay un lado malo.
Seguramente la mayor decepción fue la forma en que cayó eliminado Ecuador en un grupo que no estaba imposible.
Tal vez afectados por el reciente fallecimiento de su jugador Christian Benítez, los sudamericanos se dejaron robar la cartera por Suiza en el primer partido con un gol a última hora.
Luis Suárez iba para estrella del torneo tras su partido contra Inglaterra.
En el último partido, terminaron defendiendo un empate que igual los dejaba fuera. El arquero Domínguez fue de lejos su mayor valor. Y lo peor, no brilló Antonio Valencia, su estrella, jugador del Manchester United, que además fue expulsado por un feo planchazo a un rival.
Lo único destacable de Ecuador fue demasiado poco: el buen sabor de boca que dejó Enner Valencia y haber vencido a Honduras, el otro punto negro de la actuación americana.
Los centroamericanos se van penúltimos con cero puntos y un balance de goles de -7, sólo empeorado por el -8 de Camerún.
Y hablando del lado más oscuro de la actuación americana, lo que pesará mucho en el recuerdo será el antideportivo gesto de Luis Suárez, que le costó su participación en el Mundial.
En cualquier caso, con el permiso de la Francia de Benzemá y una Alemania en la que asusta la facilidad para meter goles de Muller, el Mundial huele, de momento, a doctrina Monroe balompédica: Brasil para los americanos.
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