La guerra no se produce solamente en el territorio de Siria. La nación árabe se ve envuelta también en una guerra mediática, en la que se suele culpar a Rusia y al presidente sirio Bashar Al Assad de bombardear objetivos civiles. Sin embargo, lo que hacen algunos medios es manipular los informes, como sucedió con el caso de la muerte de la nadadora siria Mireille Hindoyan y su hermano de 12 años en un barrio armenio de Alepo, quienes perecieron la semana pasada como consecuencia de bombardeos.
Algunos medios publicaron esa noticia insinuando que se trató de bombas rusas y de las fuerzas de Bashar Al Assad. Por ejemplo, el diario británico ‘The Independent‘ informó de lo sucedido citando al sitio de noticias armenio Kantsasar y afirmó: “esto llega después de que la organización Médicos Sin Fronteras señalara que había un baño de sangre en Alepo en medio de un asalto sostenido en la ciudad por las fuerzas partidarias de Assad, respaldadas por aviones de guerra rusos”.
Sin embargo, el periodista Ben Norton hizo notar que la autora del artículo de Katie Forster citó al diario Kantsasar aunque no mencionó que ese mismo medio había culpado a los “grupos armados terroristas” por el ataque.
Y recién una vez que estalló la polémica, ‘The Independent’ añadió en el artículo el siguiente pasaje: “varios comentaristas afirmaron que las muertes fueron resultado de un ataque de los rebeldes, aunque estas afirmaciones no pudieron ser verificadas”.
“La primera víctima de esta guerra es la verdad”
Otro medio occidental, ‘New York Daily News‘, fue aún más allá. El periodista Harout Ekmanian, quien vivió en Alepo y ahora está radicado en Nueva York, escribió un artículo para ese diario, en el que mencionó la parcialidad de los medios a la hora de reportar el hecho. Sin embargo, ‘New York Daily News’ le quitó al texto el párrafo sobre el sesgo en los medios y donde el columnista afirmaba que la muerte de la nadadora siria fue consecuencia de un ataque perpetrado por los rebeldes. Esto fue realizado sin el consentimiento del autor.
“‘New York Daily News’ publicó mi trabajo pero retiraron ese párrafo. No creo que sea una decisión editorial seria, aún espero una explicación. Aunque es una institución editorial respetada y antigua, pero aun así espero una respuesta. Quizá es una cuestión de editorial. Tengo que decir que hay una atmósfera general de sesgo mediático. Algunos hechos de la guerra en Siria (y otros conflictos, como el de los kurdos en Turquía) están distorsionados. La narración de los hechos queda restringida según ciertas tendencias en las noticias”, comentó Harout Ekmanian.
“La primera víctima de esta guerra es la verdad. Los periodistas sufren mucho y hemos perdido a muchos de ellos durante el conflicto. Mantener la imparcialidad se ha convertido en una tarea difícil en esta profesión”.
afirmó Harout Ekmanian, periodista.
“La primera víctima de esta guerra es la verdad. Los periodistas sufren mucho y hemos perdido a muchos de ellos durante el conflicto. Mantener la imparcialidad se ha convertido en una tarea difícil en esta profesión”, afirmó.
Campaña mediática contra Al Qaeda: “Comprendí que lo que hacía era una forma de propaganda”
El caso de Mireille Hindoyan sale a la luz poco después de que se conociera una campaña de propaganda mediática contra Al Qaeda, emprendida por el Pentágono en Irak. La empresa británica Bell Pottinger recibió 540 millones de dólares por crear noticias críticas sobre la organización terrorista e incluso videos falsos con contenido extremista.
Uno de sus antiguos empleados, Martin Wells, explicó a RT cómo se dio cuenta de que realmente no estaba elaborando noticias.
“Me dijeron al principio que trabajaría en noticias. Eran noticias, pero no como yo esperaba. Pensaba que haría cosas para agencias, como la suya o Reuters, que solo proporcionaría material para ellos. Pero no fue así”, reveló Wells, editor de videos y exempleado de Bell Pottinger.
“Cuando llegué me presentaron a personas de la inteligencia estadounidense con las que estaba trabajando y en aquel momento no tenía ni idea de lo que estaba haciendo. Aunque supe desde el momento en que entré por esa puerta que, desde luego, no estaba haciendo noticias. Luego, más tarde, a medida que trabajaba comprendí lo que estaba haciendo en realidad: resultó que era, en esencia, una forma de propaganda”, afirmó a RT.