En plena etapa de alta tensión entre EEUU y Corea del Norte, el régimen norcoreano de Kim Jong-un aseguró hoy que impulsará “a velocidad máxima” su programa nuclear en respuesta a la creciente presión ejercida sobre el país por parte del presidente estadounidense, Donald Trump.
La posibilidad de que Pyongyang lleve a cabo su sexto ensayo atómico de manera inminente es una de las razones que más ha tensado durante las últimas semanas las complicadas relaciones entre Pyongyang y Washington, que no descarta una acción militar en respuesta a esa provocación.
En un comunicado, el Ministerio de Exteriores norcoreano denunció que “EE.UU. está haciendo mucho ruido a favor de más sanciones y presión de acuerdo con su nueva política de máxima presión y confrontación contra la República Popular Democrática de Corea (RPDC, nombre oficial de Corea del Norte)”.
En este sentido, el texto publicado hoy por la agencia estatal KCNA advierte de que el país asiático “acelerará al máximo las medidas para reforzar su programa de disuasión nuclear”.
El comunicado repite además la idea de que Corea del Norte podría realizar “en cualquier momento y en cualquier lugar” su próxima prueba atómica.
A mediados de abril unas fotos tomadas por satélite indicaban que la base nuclear norcoreana de Punggye-ri estaba “preparada y lista” para un nuevo test, ya que mostraban una persistente actividad.
Esto hizo que las especulaciones se dispararan en torno a la posibilidad de que la prueba nuclear se realizara alrededor del 15 de abril, coincidiendo con la mayor fiesta del país, el aniversario del nacimiento del fundador de Corea del Norte, Kim Il-sung, abuelo del actual líder, Kim Jong-un.
Aunque la detonación no se realizó, esto no ha impedido que la Administración Trump haya subido el tono y la presión contra Kim Jong-un con la amenaza de una acción militar si Pyongyang sigue con sus provocaciones.
Además, en respuesta a unos de sus últimos lanzamientos de misiles, Washington decidió enviar a la región el portaaviones de propulsión nuclear Carl Vinson y su flota de ataque, lo que caldeó aún más el ambiente.
En este sentido, el portavoz de Exteriores norcoreano acusó hoy a Washington de elevar la tensión y aseguró una vez más que Corea del Norte está “plenamente preparada” para responder a cualquier acción militar.
“La agresividad histérica estadounidense nunca había alcanzado tal nivel en la península de Corea y nunca se había acercado tanto al borde de una guerra nuclear”, sostiene el comunicado.
Corea del Norte ha realizado cinco pruebas nucleares desde 2006, las dos últimas en enero y septiembre de 2016.
El régimen de Kim Jong-un siempre ha justificado su programa de armas nucleares como una medida de autoprotección frente a lo que se considera una actitud hostil de Washington, al que acusan repetidamente de realizar ejercicios militares regulares en la península de Corea con el objetivo de invadir el país.
Corea del Norte insistió hoy en que continuará “reforzando sus capacidades militares de autodefensa y ataque nuclear preventivo” y señaló que, si no tuvieran esa capacidad nuclear, “EEUU cometería sin dudarlo las mismas agresiones en Corea que ha cometido contra otros países”.
En una entrevista emitida ayer domingo, Donald Trump volvió a dejar la puerta abierta a una acción militar en Corea del Norte tras las continuas provocaciones de Pyongyang, aunque insistió en su preferencia por una solución diplomática.
El régimen norcoreano realizó el sábado una nueva prueba de un misil balístico que explotó minutos después de su lanzamiento, según revelaron fuentes militares surcoreanas y de EEUU.
Por su parte, Japón envió hoy su mayor portahelicópteros para escoltar a un navío estadounidense en la zona oriental del país asiático.
El destructor Izumo apoyará a la embarcación estadounidense, encargada de suministrar combustible y otras ayudas a los navíos del país norteamericano que se encuentra en la zona, incluido el portaaviones de propulsión nuclear Carl Vinson.