Una de las primeras computadoras fabricadas por Apple, la Apple-I, apareció dentro de una caja de basura electrónica donada a una compañía de reciclaje que opera en Sillicon Valley, en Estados Unidos.
La máquina, de 1976, fue vendida por US$200.000, y ahora la compañía busca a la mujer que anónimamente dejó la caja en abril en su centro de reciclaje para compartir la mitad del dinero con ella.
La política de CleanBayArea, en Milpitas, California, es compartir al 50% los beneficios recaudados por la venta de equipos.
La Apple-I estaba escondida en el fondo de una caja, bajo una maraña de cables, teclados y ratones, según le describió a la BBC el vicepresidente de márketing de la compañía, Viktor Gichun.
“Por eso creo que no debió ver la computadora, como tampoco la vimos nosotros cuando nos entregaron la caja al principio”, explicó.
Gichun contó que cuando la vieron por primera vez no se dieron cuenta del valor que tenía.
“Pensé que era basura que teníamos que reciclar”, comentó riéndose.
Una máquina de colección
Este ejemplar es uno de los sólo 200 modelos que se fabricaron.
Salió a la venta en 1976, el mismo año en que Steve Jobs, Steve Wozniak y Ronald Wayne fundaron la empresa, que empezó operando desde el garage de los padres de Jobs.
La Apple-I fue el primer producto fabricado por la compañía Apple y fue ensamblada a mano por el propio Wozniak.
Se vendió entonces por US$666,66 (el equivalente a unos $2.763 en 2015, ajustados a la inflación).
1.000 veces más lenta y hecha de madera
A pesar de su gran valor como objeto de colección, el procesador de la Apple-I es 1.000 veces más lento que el de la actual tableta de Apple, el iPad.
Gichun le dijo a la BBC que nunca había visto antes una computadora tan vieja y no supo reconocer inicialmente el valor que tenía.
“Esta máquina fue fabricada hace 30 años, cuando yo tenía sólo 4 años. Yo nunca había visto antes una computadora hecha de madera”, comentó.
“No es como las computadoras que usamos hoy en día. No tiene un monitor, es un teclado y un cuerpo de madera y un plato en la parte de atrás del teclado”.
“Tenía la palabra Apple escrita, pero no el logo que conocemos”.
“Parecía algo hecho con cuchillo y a golpes, como por divertimento”.
“Cuando la vi por primera vez dije, ¿qué es esto? ¿es de verdad?”, recordó animadamente.
Así que llamó a su socio, que está a cargo de las ventas y le preguntó qué le parecía aquello.
Fue él quién se dio cuenta de que estaban ante algo de valor, aunque en ese momento aún no se imaginaban cuánto.
El coleccionista que pagó en metálico
Después de investigar en internet, el socio de Gichun encontró que otro ejemplar Apple-I se había vendido recientmente por US200.000.
Fue así como encontraron a un coleccionista que visitó el almacén.
“No hizo preguntas, sólo la miró, porque yo creo que él entendía mucho, mucho más que nosotros qué era aquello”, recuerda Gichun.
Y enseguida les preguntó “¿cuánto quieren por esto?”.
Cuenta Gichun entre risas que los socios con algo de timidez le dijeron que US200.000.
“Cuando lo dijimos no nos creíamos que fuera a pagar eso. Habríamos quedado contentos con 100.000”.
Y el dijo “Ok, nos vemos mañana”.
Y al día siguiente llegó con el dinero en metálico, le contó Gichun a la BBC mientras se reía a carcajadas, como si áun no acabara de creérselo.
“Es ridículo”, dijo riéndose.
En busca de la misteriosa dueña
Ahora, la compañía de reciclaje está buscando a la donante que depositó la caja para entregarle un cheque de US$100.000.
Gichun dice que se acuerda perfectamente de ella y de su coche y que sospecha que vive cerca porque “normalmente no te alejas mucho para ir a deshacerte de tres cajas de basura electrónica”.
Según la descripción del joven, era blanca y mayor de 60 años.
“Esperamos encontrarla porque hoy todos los medios están hablando de esto”, dijo.
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