El presidente de Rusia, Vladimir Putin, aterrizó este viernes en La Habana, Cuba, pocos días después de que el parlamento de su país, la Duma, anunciara una decisión que según el mandatario no tiene “precedentes”: condonar el 90% de la deuda cubana con Moscú.
El total de la deuda, procedente en su mayoría de préstamos contraídos en la época soviética, asciende a US$35.000 millones. El país caribeño, por tanto, sólo deberá encargarse de los restantes US$3.500 millones, que según Moscú serán invertidos en proyectos conjuntos de inversión en la isla.
Putin explicó, en una entrevista que dio antes de su viaje a las agencias Itar-Tass y Prensa Latina, que la decisión es una prueba de la “naturaleza estratégica” de la relación bilateral, que está fundamentada en “una larga tradición de amistad fuerte, así como una experiencia rica y en muchos casos única de cooperación fructífera”.
Esa cooperación entre dos países que fueron aliados clave durante la Guerra Fría se manifestará en la visita de Putin a través de una serie de acuerdos comerciales en áreas como la exploración petrolífera.
Pero al condonar la deuda, Putin también está enviando un mensaje político sobre su alianza con La Habana, en una época en que Estados Unidos y la Unión Europea han tratado de aislar a Moscú por cuenta de su anexión de la península de Crimea y su política en Ucrania.
Pocos meses antes de este viaje, el canciller ruso Sergei Lavrov había viajado a la isla, donde agradeció el “firme apoyo” del gobierno cubano, que rechazó las sanciones impuestas por Occidente a Moscú.
“La visita de Putin a Cuba se inscribe en una política rusa más activa hacia América Latina, una política motivada por la búsqueda de nuevos balances en el equilibrio de poderes, ante los problemas que Rusia está experimentando en su vecindad”, le dijo a BBC Mundo Arturo López Levy, un analista cubano de la Facultad de Estudios Internacionales Joseph Korbel, en la Universidad de Denver.
Después de La Habana, Putin viajará a Argentina y Brasil, donde participará en una cumbre del grupo BRICS, que reúne a Brasil, China, India, Rusia y Sudáfrica.
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Asegurar mercados
Putin explicó en su entrevista que el principal objetivo de la agenda bilateral es expandir las relaciones económicas, que se vieron afectadas tras el colapso de la Unión Soviética en los años 90.
El mandatario habló de “recuperar el terreno perdido” con Cuba y de llevar la cooperación “totalmente a un nuevo nivel” de la mano de proyectos económicos conjuntos. Esto se enmarca en la decisión de perdonarle a Cuba su deuda millonaria.
“Putin está tratando de asegurar mercados”, le dice a BBC Mundo Otto Raúl Tielemans, investigador del Consejo de Asuntos Hemisféricos (COHA, por sus siglas en inglés), un centro de estudios con sede en Washington.
“Al condonar el 90% de esa deuda, la administración cubana indudablemente será más amable con las empresas rusas”, agrega.
A corto plazo, Rusia está buscando explorar petróleo en las costas cubanas con acuerdos entre las empresas estatales rusas Rosneft y Zarubezhneft con la cubana Cupet.
Cuba calcula que tiene hasta 20.000 millones de barriles de petróleo en su lecho marino, si bien el Servicio Geológico de Estados Unidos dice que serían más bien unos 4.600 millones, de acuerdo con la información publicada por la agencia de noticias Reuters.
Otros proyectos conjuntos, según explicó Putin, son la construcción de equipos de energía eléctrica rusos o el interés de empresas basadas en Moscú que se especializan en la producción de plástico, autopartes y maquinaria pesada para la industria ferroviaria.
Política
El otro lado de la moneda es que Moscú quiere señalar, al perdonar la deuda, que le interesa relanzar su relación con Cuba, como dice López Levy.
El analista explica que así como durante la Guerra Fría Cuba fue un “país bisagra” entre la Unión Soviética y los países del llamado Tercer Mundo, ahora, en un contexto diferente, puede servir de bisagra entre Rusia y algunos países en la región.
En particular, López Levy se refiere a los miembros de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), que a su vez son importantes en la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), que fue fundada en 2010 como “alternativa” a la Organización de Estados Americanos (OEA) coordinada desde Washington.
El mismo Putin alabó, antes de llegar a La Habana, el interés de la Celac de buscar relaciones con Rusia y resaltó cómo esa entidad regional quiere convertirse en un foro relevante sin la “interferencia agresiva de fuerzas externas”.
Este interés ruso en Cuba, y de ahí a buena parte de América Latina, se enmarca en el contexto internacional creado por la crisis ucraniana de principios de año, que llevó a Washington y Bruselas a tratar de aislar política y económicamente a Moscú.
“De manera simbólica, si Rusia quiere tener un mayor peso en América Latina, empezará con los países que tienen relaciones pobres con Estados Unidos y que están algo aislados por cuenta de eso”, le dice a BBC Mundo Adam Isacson, analista de seguridad regional de la Oficina en Washington para América Latina (WOLA, por sus siglas en inglés), una organización no gubernamental basada en la capital estadounidense.
En ese contexto, agrega, “Cuba es el sine qua non“.
Por tanto, en la decisión rusa de perdonar la mayoría de la deuda cubana se juntan dos razones: un interés de fortalecer los lazos comerciales y una búsqueda de alianzas políticas renovadas.
Source Article from http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2014/07/140711_rusia_cuba_visita_deuda_tsb.shtml
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