Sirva como muestra de la voracidad ofensiva de Marc Gasol que, hasta esta temporada, sólo había alcanzado los 30 puntos en una ocasión desde que aterrizara en la NBA en 2008. En 14 encuentros del presente curso, el pívot español ya ha llegado tres veces a la treintena. La última, frente a los Clippers. Jamás en su carrera en la Liga había enlazado dos partidos consecutivos de 30 o más puntos.
Marc está ejerciendo de líder del líder. Los Grizzlies se mantienen en todo lo alto de la NBA y el pívot es el principal responsable. “No tenía ninguna duda de que Marc sería agresivo. Visto nuestro balance de 12-2, le vamos a decir que meta 30 puntos todas las noches”, bromeaba el base Mike Conley, uno de sus mejores cómplices en el vestuario.
Frente a los Clippers, aprovechando la distancia que le concedía su marcador DeAndre Jordan, comenzó anotando de cinco y seis metros. “Cuando haces esos tiros, fuerzas a la defensa a salir. Creas tiros para otros compañeros y eso me hace feliz”, analizaba Marc. Después, comenzó a martillear a los angelinos por dentro. Le sobran registros.
“No sé si Marc ha hecho una buena dieta, pero se le ve increíble y está jugando sensacional”, le alabó Doc Rivers, entrenador de los Clippers, su última víctima, que dejó un recado para sus hombres: “Yo sé que Marc tiene una velocidad asombrosa, pero no debería ser capaz de llegar desde la línea del triple hasta el aro sin que nadie le tocara”.
El técnico también dio crédito a Memphis que, lejos de ser una sorpresa, se confirma como el equipo más conjuntado de la NBA. Ahora que ha recuperado a todos sus efectivos tras sufrir un virus, también es uno de los más completos. “Los Grizzlies parecen estar por encima. No están ahí por nada”, dijo Rivers.
Marc, en su último año de contrato, está dispuesto a reventar el mercado el próximo verano. Ser uno de los mejores pívots de la NBA merece una recompensa. En este comienzo de temporada, sus estadísticas no desmerecen las de ningún otro interior de la competición, aunque nadie llega a las de Anthony Davis. En los enfrentamientos particulares, el español no ha salido mal parado ni con él, ni con Dwight Howard, ni con DeMarcus Cousins, otros colosos del Oeste y de la Liga.
El último en padecer los zarpazos de Marc fue DeAndre Jordan, que se quedó ayer en dos míseros puntos. El jefe de los Grizzlies es ahora terrorífico en ataque, pero nunca dejó de serlo en defensa. Por eso es uno de los mejores de la NBA.
La agresividad, en datos: más tiros, más puntos, más faltas recibidas…
El cambio en el juego de Marc es evidente. Se muestra más agresivo que nunca en su carrera en la NBA. Además, está haciendo caso a las muchas voces que decían que debía ser más egoísta y asumir más responsabilidad en ataque, no sólo en la creación gracias a su gran lectura del juego. El pívot español ha dejado de lado algo de generosidad —asiste menos que en las dos últimas temporadas (3,1)— para volcarse más en el ataque: tira (14,3 lanzamientos) y anota (19,9 puntos, 5,3 más que en su mejor temporada y es el vigésimo en la clasificación de anotadores de la NBA) más que nunca en su carrera, fuerza muchas más faltas y va al tiro libre con más frecuencia. Es el quinto jugador de la Liga que más veces ha ido a la línea (94).
Source Article from http://www.marca.com/2014/11/26/baloncesto/nba/noticias/1416984274.html
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