Este miércoles se cumplieron 25 años del autogolpe de Estado de Alberto Fujimori del domingo 5 de abril de 1992. Esa noche, el Gobierno desplegó a las Fuerzas Armadas para tomar control del Congreso, el Poder Judicial y también intervino medios de comunicación. La noticia llegó a la prensa de España, Estados Unidos y otros países de Latinoamérica.
El País informó sobre el autogolpe en su portada dos días después, el 7 de abril. “Fujimori suprime la democracia en Perú por decreto y con apoyo militar. El golpe institucional convierte al presidente en un dictador civil”, tituló el diario español. El medio europeo también destacó que su entonces corresponsal en Lima, Gustavo Gorriti, fue detenido.
“Democracia suspendida”. El mismo 7 de abril, The New York Times informó sobre el autogolpe con los títulos “Perú suspende la democracia citando una revuelta” y “Tropas rodean el Congreso y patrullan Lima”. Clarín también le dedicó su portada con tres titulares: “Fujimori arrestó a los principales políticos”, “EE.UU. corta la ayuda militar y política” y “El Parlamento anunció la destitución del presidente”.
Según imágenes compartidas por La República, dos medios chilenos informaron el 6 de abril y en primera plana sobre el golpe de Alberto Fujimori. La Tercera enfocó la noticia por el rechazo internacional a lo ocurrido: “Fujimori se adueña del Perú. El mundo condena ‘golpe karateca'”. La Época tituló “Dictadura civil impone Fujimori”
El 5 de abril de 1992, Fujimori anunció la instalación de un “Gobierno de Emergencia y Reconstrucción Nacional”, que implicó la disolución del Congreso y la intervención del Poder Judicial. El Consejo Nacional de la Magistratura, el Tribunal Constitucional, el Ministerio Público y la Contraloría también fueron reorganizadas. El evento se recuerda como un autogolpe de Estado.
Según Fujimori, la decisión era justificada: con la toma y posterior reforma de las instituciones, se recuperaría la gobernabilidad y se superaría la crisis económica del momento. Además, se combatiría de manera más efectiva el terrorismo. La radical medida, apoyada por el 82% de la población, permitió la detención de opositores y la intervención de medios de comunicación.
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