Siete personas resultaron heridas por uno o más hombres armados con un hacha este jueves en la estación de tren de Düsseldorf, en Alemania.
Dos de los siete heridos tres están en estado grave y cuatro en leve. Uno de los atacantes huyó de la estación y se hirió de gravedad al saltar desde un puente antes de ser arrestado.
Se trata de un hombre de 36 años, originario de la antigua Yugoslavia y con problemas psíquicos. En un comunicado, la policía del estado federado de Renania del Norte-Westfalia informó de que el atacante, que se encuentra hospitalizado, residía en Wuppertal, ciudad situada a unos 35 kilómetros de Düsseldorf.
Los videos de seguridad de la estación muestran a otra persona que huyó rápidamente del lugar pero al momento la Policía no sabe si pretendía escapar del ataque o si era cómplice del mismo.
Las instalaciones de la estación han sido reabiertas, y la policía informó de que ya ha concluido los registros y la búsqueda de otros posibles sospechosos.
Helicópteros y un importante dispositivo policiaco fueron desplegados en los alrededores del lugar del ataque.
Las autoridades alemanas están alertas por la amenaza yihadista que pesa sobre el país, en especial después del atentado con un camión en diciembre pasado en Berlín (12 muertos), reivindicado por el grupo Estado Islámico. Los servicios de inteligencia de Alemania calculan en 10.000 el número de islamistas radicales en el país. “No estamos usando la palabra terrorismo”, dijo una portavoz policial.
La agresión tuvo lugar en la estación de trenes de Düsseldorf, la capital de Renania del Norte-Westfalia, el Estado más poblado de Alemania y que el próximo mes de mayo celebrará elecciones regionales.
Casi al mismo tiempo que el ataque en Alemana, varios países y activistas exigían en Naciones Unidas medidas para acabar con la impunidad en los crímenes cometidos por los yihadistas del Estado Islámico, especialmente en Siria e Irak.
Bélgica, Canadá, Alemania, Irak y el Reino Unido organizaron una reunión en la sede de la ONU para insistir en la necesidad de perseguir y juzgar a los miembros del grupo terrorista responsables de las peores atrocidades.
“Los responsables, hasta ahora, siguen libres, sin castigo y sin vergüenza”, destacó el embajador británico ante Naciones Unidas, Matthew Rycroft, que actualmente preside el Consejo de Seguridad.
Además de representantes de países y de instituciones, la cita contó con la presencia de activistas que trabajan para que se juzguen los delitos del Estado Islámico en países como Irak. Entre ellas, Nadia Murad, una joven yazidí que fue secuestrada y violada por miembros del Estado Islámico en Irak y que se ha convertido en símbolo de la tragedia vivida por su comunidad. Murad expresó su decepción por la falta de acciones para acabar con la impunidad del Estado Islámico y se preguntó por qué se está tardando tanto en tomar medidas.
“No puedo entender por qué están permitiendo al Estado Islámico salir impune o qué más necesitan oír antes de actuar. Hoy pido al gobierno de Irak y a la ONU establecer una investigación y dar a todas las víctimas del Estado Islámico la justicia que merecen”, dijo.
También intervino la abogada especializada en derechos humanos Amal Clooney, esposa del actor George Clooney, quien insistió al Ejecutivo iraquí en la necesidad de que dé luz verde a una investigación de Naciones Unidas. Según Clooney, con el simple envío de una carta, Bagdad puede permitir que se vote inmediatamente una resolución con ese fin.
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