¿Qué debe hacer un canal con un conductor acusado de toquetear a una compañera de trabajo? ¿Cuál es la delgada línea que separa el acoso de la palmadita desafortunada? ¿Cuántos segundos debe durar el roce, el contacto, el apoyo, para merecer el repudio?
Muchachos: no está bueno que nos toquen el culo, ni siquiera un poquito.
A Ari Paluch le gusta contar que medita quince minutos todas las madrugadas. “Me deja más lúcido y amoroso” le dijo a NOTICIAS hace poco. Debería extender la práctica, porque sus efectos no le estarían alcanzando para contener ciertos impulsos incompatibles con sus aspiraciones espirituales, como el de la tocadita de cola al paso. Más precisamente, de la de una compañera de trabajo con la que no tiene ninguna amistad ni confianza.
La noticia explotó hoy en las redes sociales: una sonidista de la señal de noticias A24, Ariana Charrua, denunció el hecho, que habría ocurrido el martes 17, ante la oficina de Recursos Humanos del canal.
En la carta que presentó ante las autoridades de América, Ariana relata textualmente: “A las 14 finaliza el programa conducido por dicho conductor y comienza otro. En ese momento mi labor es quitarle los micrófonos y retornos a cada uno de los conductores. Me acerqué a retirar los equipos del señor Paluch, continuando con una de las panelistas. En ese instante –relata- el señor Paluch me tocó el trasero. Esta situación me resultó ingrata, sorpresiva, abusiva, ofensiva, desagradable. La expresión en mi rostro se transformó y al ver él mi actitud, intentó apaciguar lo hecho diciendo ´perdón, no me di cuenta´, con un tono un tanto altanero. La panelista vio toda la situación, mi falta de reacción y con enojo le respondió: ´Sí, claro, no te diste cuenta´. Y él se retiró rápidamente mientras ella intentaba calmarme con sus palabras.”
En su carta, advierte además que la situación habría quedado registrada por las cámaras de seguridad del estudio 1.
El jueves 19, Paluch fue convocado a una reunión en el canal con la gerencia periodística y la gerenta general de América TV, Marta Buchanan. Vieron el video, el conductor relativizó la gravedad de su proceder y se le comunicó que se le iniciaría un sumario interno.
De viaje por Estados Unidos, el presidente del Grupo América, Daniel Vila, está al tanto del escándalo: “No se va a tomar una resolución a la ligera. Dado que la denunciante presentó una carta, le pedimos a él que también presente un descargo por escrito y una vez que lo haga se tomará una determinación.”
NOTICIAS: Circularon versiones de que se lo sacaría del aire a partir del lunes, incluso que no formaría parte de la cobertura periodística por las elecciones. ¿Es así?
Vila: No habrá decisión hasta que Paluch no presente su escrito. Depende de él.
NOTICIAS: Pero hay pautada una reunión para el lunes a primera hora.
Vila: Como estoy fuera del país no lo sé con precisión. Pero seremos cautos. Es un tema delicado y no es cuestión de arruinarle a alguien la carrera ni la vida familiar.
Por estas horas, en los pasillos de América no se habla de otra cosa. Un alto directivo se sinceró: “Este tipo es indefendible. No hay ninguna circunstancia que justifique tocarle el culo a una compañera de trabajo. Encima tiene antecedentes. Todos sabemos todo en este gremio. Pero bueno, la cosa ya está en legales y se decidirá qué hacer. Porque ¿qué hacés? ¿lo rajás, lo suspendés, lo forzás a pedir disculpas? ¿Y si ella no las acepta? Es una cagada, porque la señal está empezando a andar muy bien”.
Lo cierto es que Paluch no encuentra gran apoyo entre colegas de la emisora. Se lo considera una persona difícil, que a poco de asumir la conducción del segmento del mediodía de A24 ya había pedido la cabeza de buena parte de la producción.
Al atardecer del sábado 21, twitter era una caldera alimentada por combustibles nada espirituales.
De la que Paluch se mantuvo al margen. No tuitea desde el jueves 19, el día en que fue convocado por las autoridades del canal. Tampoco responde el celular, cuyo contestador pide no dejar mensajes grabados. Por chat, leyó mis preguntas de las 16.57, 16.58 y 17.02. Hasta que a las 17.18 le consulté por qué no me respondía si el tilde celeste indicaba que me estaba leyendo. Mis siguientes mensajes (a las 17.45 desistí) quedaron en tilde gris.
Acosos y acositos. Ariana no sería la primera mujer del canal en sufrir el acoso de Paluch. “A mí también me tocó, un par de veces y delante de compañeros”, confesó a NOTICIAS una de las maquilladoras del canal, que por miedo a perder su trabajo (ya que no tiene relación de dependencia firme) pidió resguardar su identidad y no se animó a denunciar al conductor ni ante las autoridades de la emisora ni en el sindicato.
El debate que se viene es cuán grave fue el hecho que lo tiene emplazado. El directorio de América deberá decidir si en estas cuestiones el “gradualismo” importa. ¿Te tocaron mucho o poquito? La respuesta debería ser nada.
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