El líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, declaró un “cuasi-estado de guerra” con el sur y ordenó a las tropas del frente en la frontera estar “listas para el combate”.
La decisión fue adoptada en una reunión de emergencia con el comité militar central, convocado horas después de un intercambio de fuego de artillería a través de la zona desmilitarizada en la frontera.
Seúl asegura que el intercambio de disparos comenzó cuando unidades del norte bombardearon una unidad militar del sur, el jueves por la tarde. Eso, según la versión surcoreana, fue lo que llevó a las fuerzas armadas de su país a responder.
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El ataque supuestamente era en cumplimiento de una advertencia anterior de destruir unos altavoces surcoreanos instalados en la frontera para emitir propaganda crítica con el gobierno de Pyongyang.
Corea del Norte niega haber efectuado ese ataque y asegura que disparos de mortero surcoreanos cayeron cerca de sus posiciones, sin causar heridos.
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La Agencia Central de Noticias de Corea del Norte fue la encargada de reportar que Kim ordenó “estar completamente preparados para cualquier acción militar en cualquier momento a partir de las cinco de la tarde (07:30 GMT)”.
El reporte señaló que “comandantes fueron despachados urgentemente para operaciones de ataque a las instalaciones de guerra psicológica de Corea del Sur, si no frenan esas operaciones”.
Aunque observadores consideran que la declaración no deja de ser un preocupante indicativo de cómo se ha tensado la situación en las últimas horas, señalan que no es la primera vez que Pyongyang habla de “cuasi-estado de guerra”.
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