“Pura sangre de Chávez”, “Ingenio Hugo Chávez”, “Esfuerzo de Hugo Chávez”, “Por aquí pasó Chávez”.
Así se llaman algunos de los nuevos centros de votación registrados por el Consejo Nacional Electoral de Venezuela (CNE) para las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre.
A diferencia de las mesas tradicionales, instaladas en escuelas, estos nuevos centros de votación identificados con el fallecido expresidente se encuentran en consejos comunales o complejos habitacionales de Misión Vivienda, espacios que bien pueden considerarse como el corazón de la Revolución Bolivariana, el fruto de sus ambiciosas políticas asistencialistas.
Unos 350.000 electores están registrados para votar en estos centros, una cifra estadísticamente irrelevante si se compara con las más de 19 millones de personas inscritas para votar en las legislativas.
“Pero así sea irrelevante en números, lo que esto muestra es que el oficialismo está empleando todas las estrategias posibles para ganar las elecciones“, le dice a BBC Mundo Eugenio Martínez, uno de los expertos electorales más influyentes del país.
El periodista de El Universal ha reportado la fuente electoral durante estos últimos 17 años en los que Venezuela, en medio de una creciente y profunda polarización, ha visitado las urnas 19 veces.
Y no duda en afirmar que ésta ha sido la campaña más desequilibrada de la historia reciente de Venezuela.
Aunque acota, coincidiendo con otros expertos en la materia, que eso no significa que haya fraude electoral.
Incluso la oposición, que se agrupa en la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), ha declarado que el fraude electoral es prácticamente imposible, debido a que, entre otras cosas, la totalización de los votos se hace a través de un sistema encriptado que los testigos de ambos partidos pueden vigilar en todo momento.
281
violaciones a la Ley Orgánica de Procesos Electorales
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220 de uso de recursos públicos con fines electorales
-
20 de propaganda engañosa
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17 de propaganda en organismos públicos
-
9 de intimidación y amenazas a trabajadores públicos o beneficiarios de Misiones
Pero, a diferencia de elecciones pasadas, el chavismo llega por primera vez muy por debajo de la oposición en los sondeos de intención de voto.
La escasez de algunos productos, la inflación más alta del planeta y la recesión económica –sumado a la inseguridad y la ausencia del carismático Hugo Chávez– han hecho que la oposición, pese a su división interna, sobrepase al gobierno por hasta 30 puntos porcentuales según el último sondeo de Datanálisis, la principal encuestadora del país.
Otras encuestadoras, incluso aquellas consideradas “del gobierno”, también vaticinan un triunfo opositor.
El escenario es inédito, y a eso los expertos atribuyen el aumento del supuesto ventajismo.
¿Ventajismo histórico?
Incluso antes de que Chávez subiera al poder, el sistema electoral ya era considerado desequilibrado.
“Votaban los muertos, no votaban los pobres, se sancionaba a los disidentes (…) Si vamos a hablar de ventajismo, hay que ver lo que era el sistema de antes, que era controlado por (el partido) Acción Democrática”, le dice a BBC Mundo el exrector del CNE Germán Yépez.
Un reciente estudio de la Universidad Católica Andrés Bello de Caracas (UCAB) dice que “no se puede negar” que antes de Chávez hubo situaciones de ventajismo electoral, “pero nunca había existido una política sistemática de ventajismo como ha existido y existe en las primeras dos décadas del siglo XXI”.
En el año 2000, Chávez fue multado por el CNE por la transmisión de un acto proselitista en su programa de televisión y por hacer campaña adelantada.
“Pero con el tiempo, en vez de que se redujeran los excesos, las sanciones al gobierno se volvieron anecdóticas, porque las instituciones fueron cooptadas por el Ejecutivo”, le dice a BBC Mundo Ignacio Ávalos, exrector del CNE y hoy director del Observatorio Electoral Venezolano (OEV).
La Unión Europea y el Centro Carter concluyeron, tras sus misiones de observación electoral en comicios de 2006, 2012 y 2013, que las situaciones de ventajismo electoral se dan de manera institucional, durante la campaña y en el día de las elecciones.
Estas comisiones no fueron invitadas a las parlamentarias de diciembre.
¿Ventajismo institucional?
El CNE es el árbitro responsable de vigilar y sancionar el ventajismo electoral.
Sus críticos dicen que la parcialidad se refleja en el perfil de los rectores, que tienen discursos casi idénticos a los del chavismo y, en algunos casos, fueron reelegidos a pesar de que sus períodos se habían vencido y de que, contrario a lo que exige la Constitución, solo una mayoría simple del Parlamento aprobó sus candidaturas.
El hoy jefe de comando de campaña oficialista, Jorge Rodríguez, quizá uno de los cinco políticos más importantes del chavismo, fue presidente del CNE de 2004 a 2006.
La presidenta actual, Tibisay Lucena, ha sido señalada de supuesta complicidad con el Ejecutivo, que se refleja, según sus críticos, en la ausencia de sanciones al partido de gobierno.
Según la reciente encuesta Venebarómetro del independiente Instituto Venezolano de Análisis de Datos, 60% de los venezolanos dice que el CNE favorece al oficialismo y 30% cree que el organismo garantiza una campaña justa y equilibrada.
Lucena declara, no obstante, que el CNE es atacado por los medios de comunicación privados e internacionales como parte de una guerra mediática contra Venezuela.
Después de semanas de gestiones, el CNE aprobó una entrevista para BBC Mundo con Lucena. Sin embargo, a pesar de nuestra insistencia, la fecha quedó por fuera del día límite que habíamos dado para la publicación de este artículo. Una vez se haga la entrevista publicaremos una nota aparte con las declaraciones de la Presidenta del CNE.
De los cinco rectores del CNE suele haber uno que no es considerado de afiliación oficialista y da declaraciones diferentes a las de sus colegas.
Vicente Díaz ejerció dicho cargo hasta hace menos de un año; y, para él, uno de los ejemplos más ilustrativos de que “en Venezuela las elecciones son contra el Estado y no contra un partido” es la reforma del sistema electoral de 2009, que modificó el número de diputados que se eligen por circunscripción, afectando, según él, la proporcionalidad.
En las últimas parlamentarias, en 2010, el oficialismo ganó por menos de un punto porcentual, pero obtuvo 98 diputados, mientras que la oposición logró 65.
Yépez, sin embargo, dice que “es normal que haya votos que valen más que otros porque esos circuitos tienen más estructuras político-administrativas”.
En otro países, recuerda, como en Estados Unidos, ocurre un fenómeno similar.
“Si en el pasado eso ha favorecido al oficialismo fue una cuestión circunstancial, pero eso no quiere decir que no pueda jugar a favor de la oposición”, asegura.
Este año hubo una nueva reforma: ahora, municipios como los caraqueños Hatillo, Chacao y Baruta –de mayoría opositora– elegirán menos diputados, mientras que circunscripciones en los estados Aragua, Barinas y Guárico –de tradición chavista– tendrán más representantes.
El CNE justificó la medida con el movimiento poblacional de los últimos años, pero para la oposición se trató de una “manipulación de la base poblacional” a favor del oficialismo.
Esta no fue la única medida tomada por una institución del Estado este año que fue tachada por ONGs de observación electoral como una manera de torpedear la campaña a los partidos críticos del gobierno.
La Contraloría, por ejemplo, inhabilitó por diferentes cargos a varios de los candidatos más reconocidos de la oposición, entre ellos María Corina Machado y Carlos Vecchio.
Los partidos políticos en Venezuela dejaron de recibir repaldo económico del Estado en 1999, lo que para algunos expertos incentivó el financiamiento ilegal de partidos oficialistas por parte de empresas públicas.
Hace unas semanas, el candidato oficialista Ernesto Rodríguez admitió estar recibiendo recursos de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) en una entrevista.
“El que tiene el poder es para ejercerlo (…) Si tenemos una empresa petrolera es para dar apoyo”, argumentó.
¿Ventajismo en campaña?
En los barrios populares venezolanos es común encontrarse con alguien que puede identificar la campaña electoral durante la cual se inauguraron las canchas, puentes o calles pavimentadas que están a la vista.
“En los meses previos a las campañas, el gobierno pone todo su aparato de gestión a favor de su partido político”, dice el exrector de CNE y director del Observatorio Electoral Venezolano, Ignacio Ávalos.
En esta campaña, recuerda, Maduro anunció, en octubre, un aumento del salario mínimo del 30%. Y entregó, en noviembre, 4.500 taxis y prometió de 4.600 más como parte de una política para “fortalecer el sistema de transporte”.
Al evento, que fue televisado por cadena obligatoria de televisión y radio, asistieron varios candidatos del oficialismo, lo cual es considerado ilegal por la Ley Orgánica de Procesos Electorales.
El asistencialismo y el uso de los recursos del Estado para favorecer al partido gobernante se observa en casi todo América Latina, no sólo en Venezuela: en víspera de elecciones es común que se tomen algunas medidas de caracter proselitista, como inauguraciones de obras o la entrega de recursos.
La semana pasada, la ONG Transparencia Venezuela denunció ante el CNE 281 casos de supuestos abusos electorales, que en teoría son prohibidos por la Ley Anticorrupción.
Algunas de las denuncias se refieren al proselitismo en las empresas estatales, donde supuestamente se ha forzado a los empleados a votar por el gobierno o, bajo una estrategia denominada 1×10, se les ha presionado a conseguir 10 votos para el oficialismo y luego reportar la lista de sus nombres y números de cédula a las autoridades del partido.
Otras denuncias detallan las entregas de alimentos, viviendas e instalaciones de candidatos a la población, que también es ilegal.
“Pero es que de esto es precisamente que se trata la campaña; del debate de lo público, de que cada uno muestre sus obras, su gestión”, responde Yépez.
“Tú no le puedes pedir al gobierno que esconda sus obras, cuando la oposición también lo hace con sus alcaldes y gobernadores”, alega.
Las medidas sociales del gobierno como estrategia de campaña son, según él, “una respuesta a la alianza entre la oposición y el sector privado, que esconden los productos (alimenticios) para perjudicar al gobierno”.
El presidente de la Asamblea Nacional y candidato Diosdado Cabello justificó, durante la entrega de unos recursos para construcción de viviendas la semana pasada, que los candidatos del oficialismo entregen bienes como parte de la campaña: “Si vamos a entregar canaimitas (tabletas), taxis, ambulancias, ahí estaremos porque somos parte de una revolución, ellos (la oposición) no pueden hacerlo, de manera que no caigan en ese chantaje y no es ningún ventajismo“.
Mientras tanto, en una reciente referencia al ventajismo, Maduro dijo que el 70% de la programación en medios de comunicación privados “es para echarme plomo a mí y a la Revolución”.
“Bastante ventajismo hay de los medios internacionales y de los nacionales de la burguesía: plomo y plomo contra nosotros”, justificó.
ONGs y críticos del gobierno, sin embargo, alegan que la prensa local es, por el contrario, favorable al gobierno, que en los últimos años se ha visto cómo los medios más importantes del país, sobre todo en televisión, pasaron de criticarlo a favorecerlo.
La ONG Monitoreo Ciudadano calcula que Maduro promovió en televisión, en contra de lo que estipula la Constitución, a candidatos del oficialismo por más de 50 horas en los últimos seis meses.
Y muchas de esas transmisiones se hicieron en cadena nacional, un formato que el presidente usó durante un promedio de 15 minutos al día en los últimos tres meses, según la misma ONG que hace observación de medios.
50 horas
en las que promovió a candidatos del oficialismo
15 minutos
promedio diario de trasmisiones en cadena nacional
¿Ventajismo en elecciones?
Todo día de elecciones en Venezuela comienza con el famoso Toque de Diana, una serie de explosiones artificiales y fuertes sonidos de trompetas en la madrugada que invita a la gente a cumplir su “compromiso con la patria”.
Aunque se trata de una tradición electoral, para la oposición muestra la naturaleza de la estrategia de movilización del chavismo en esas jornadas.
Al oficialismo le achacan el uso de camiones, buses y motocicletas –a veces de propiedad del Estado– para llevar a sus votantes a las urnas, repartir comida y bebidas e instalar enormes parlantes cerca de los centros de votación.
Sin embargo, analistas, centros de estudios y ONGs especializados coinciden en que el ventajismo, por desmesurado que lo consideren, no es una razón para desconfiar del sistema de votación con el que los venezolanos eligen a sus dirigentes.
“Para poder intervenir una de las 40.000 máquinas de votación necesitas, al mismo tiempo, tres llaves y una de esas la tiene la oposición”, dice Díaz, el exrector del CNE de línea crítica.
“Además, la oposición tiene acceso al mismo tiempo que el oficialismo a las dos salas de totalización y a todos los boletines que vienen de las máquinas”, explica.
Después de que la oposición se abstuvo de participar en las parlamentarias de 2005, alegando que no tenía garantías (algo que líderes opositores después calificaron como un error), en Venezuela se han creado todo tipo de teorías que alimentan la hipótesis de que puede haber un fraude.
“Pero son más los mitos que los problemas reales del sistema“, le dice a BBC Mundo Daniel Fermín, investigador de la UCAB en temas electorales y políticos.
Uno de esos mitos, dice entre risas, es que desde Cuba se mandan votos a Venezuela por medio de un supuesto cable submarino.
Según encuestas de la UCAB, la mayoría de los venezolanos cree que el voto no es secreto y que la huella digital que usa el registro electoral puede ser utilizada para restringir el acceso a alimentos y proyectos sociales del gobierno.
“Aunque todo eso es falso, esas creencias han sido generadas por el gobierno”, dice Fermín. “Esto lo que busca es desmoralizar al elector, generar abstención y perjudicar a la oposición”.
Maduro ha dicho de diferentes maneras que el oficialismo está dispuesto a ganar las elecciones “como sea” y que saldrá “a la calle si gana la derecha”.
Según los opositores, esto ha generado un clima de violencia que, incluso, dio con la muerte de uno de sus activistas.
El gobierno, sin embargo, dice que los actos violentos son propiciados por la misma oposición.
Pero no importa el ventajismo, dicen los antichavistas: el domingo, creen, “gana el cambio”.
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