Se llama Negro. Es un perro de raza criolla que deambulaba malherido -con doble fractura en la cadera- por las calles del barrio Paseo de la Feria, de Bucaramanga. Gente de buen corazón lo recogió y lo llevó al veterinario, quien le tomó radiografías y una operación. ¿Y la factura? ¿Quién va a pagar, además de las terapias de recuperación? Ludwing Mantilla Castro, abogado y director de Santander por la Naturaleza, redactó una tutela en primera persona y le estampó la huella en tinta con la pata del animal. La tutela busca que el Estado le brinde atención médica veterinaria. “La Corte Constitucional ha reconocido, con la Ley 1774 del 2016, que los animales son seres que sienten”, dicen los amigos -humanos, claro está- de Negro. Por lo pronto, el juez tercero laboral del circuito, Luis Orlando Galeano, profirió un auto que “avoca el conocimiento de la tutela” y “solicita más pruebas”. Negro está ansioso, en espera del fallo.
Médico se esconde con paciente anestesiada
Un médico sin especialización practica cirugías estéticas en un improvisado consultorio que montó en una oficina del piso nueve del centro comercial Almacentro, en Medellín. El dato llega a la Secretaría Seccional de Salud de Antioquia. Van a sorprenderlo in fraganti. Él se da cuenta y aprovecha la presencia de tres obreros en la edificación para que le ayuden a hacer un hueco en la pared por donde fugarse. Mientras tanto, llevó los instrumentos quirúrgicos al baño, alzó a la paciente, anestesiada, y la acomodó cerca del sanitario. Luego se encerró con llave junto a ella. Allí fue hallado. La joven fue llevada a urgencias. Despertó sin saber que pudo haber muerto.
¿La narcoabuelita era de una banda?
Solo en un país como Colombia, el fiscal anticorrupción es capturado por corrupción. Pero de tan sorprendente hecho han surgido historias aún más inverosímiles. En efecto, Gustavo Moreno conoció a su esposa, Carolina Rico, cuando la defendía por un delito de narcotráfico, pues ella fue capturada en el aeropuerto El Dorado, de Bogotá, con tres kilos de cocaína pura en su equipaje. El argumento de la defensa fue que la droga la puso la abuelita. ¡Una narcoabuelita! “Esa maleta se la dio mi abuela a mi papá, y le pidió el favor de que se la llevara a una sobrina para que la recogiera allá en París. Mi abuelita en ese momento tenía unos 89 años”, jura Carolina Rico. ¿Qué pasó con su abuelita? “Mi papá va a la clínica, mi abuelita le pregunta cómo llegué, él le cuenta que estoy detenida, y mi abuela muere esa tarde, impactada por la noticia de mi detención”. Caso cerrado. Sin embargo, hay inquietantes preguntas sin respuesta: ¿cómo consiguió la abuelita tanta droga pura? ¿Quién se la iba a recibir en Europa? ¿Hay en Colombia un nuevo cartel de narcoabuelitos?
¿Dónde hacer pipí?
Este es, sin duda, uno de los grandes interrogantes en las grandes ciudades de Colombia, que, en su gran mayoría, carecen de suficientes baños públicos. Esta semana hubo una surrealista emergencia en la capital porque un taxista abandonó su carro junto al paradero de la estación Universidades, de TransMilenio, y se fue a hacer sus necesidades. Se trata de una de las zonas más congestionadas de Bogotá. La policía, inquieta, vio el carro vacío y encendió las alarmas.
El espacio público se bloqueó con cintas amarillas, se prohibió el acceso a los peatones, se interrumpió el sistema masivo de transporte, nadie podía entrar ni salir del centro, y cuando los antiexplosivos realizaban su delicado trabajo apareció el dueño, apenado pero satisfecho por haber ido al baño.
No es la primera vez que ocurre un hecho tan insólito. El año pasado, un conductor del SITP también abandonó el bus para ir al baño, pero con tan mala fortuna que este fue robado por un habitante de la calle que ocasionó un múltiple choque. El descuido,fue aprovechado por un habitante de la calle que se acomodó en el asiento del chofer y trató de mover el SITP. Pero lo único que consiguió fue chocar un automóvil, primero, y después otros tres vehículos (con tres menores de edad como pasajeros), incluida una camioneta.
‘No se dejen confundir, es culpa del diablo’
La celebración religiosa en algún pueblo de Colombia transcurría de manera normal, entre frases de “portarse bien”, “no pecar” y otras. Una creyente interrumpió y denunció a la pastora que estaba en el púlpito. Dijo que no creía en su prédica de salvación en el más allá porque en la vida terrenal le robó 13 millones de pesos. Y se armó una gresca que quedó registrada en un video en el cual se aprecia que la afectada entra al sitio, documentos en mano, y le dice: “Gloria a Dios. Necesito saber cuándo me va a entregar el dinero del lote”. La pastora, por su parte, empuña el micrófono y le dice que se salga o, si no, llamará a la policía. Otro de los creyentes interrumpe: ¿De qué plata habla? “Mis ahorros y los de mi esposo y mi hija”, dice Jessica Lizcano, quien cuenta que le dio el dinero para construir una obra social. La pastora le dice que el negocio está en trámite. “Yo nunca le he dicho que no le voy a responder, que me espere, que estamos ‘desenglobando’ ”. La líder religiosa continúa con la charla y les advierte a los presentes que no se dejen confundir porque la intrusa no llegó sola, sino aupada por “el diablo”. Fin de la celebración.
Cuando quiero robarte, te mando flores
El sentimiento de una mujer que recibe flores es inigualable. Eso lo sabe la empleada doméstica, a quien le pidieron que abriera la puerta de una vivienda, en Bogotá, porque había un ramo para ella. Venía con una dedicatoria que la emocionó: “Decir gracias es poner en tan solo una palabra un sentimiento cálido y profundo que no se logra describir del todo. Gracias (…)”. Abrió feliz. Cinco hombres armados aparecieron y la amenazaron. Eran delincuentes. Tomaron teléfonos celulares y otros elementos de valor. El vigilante, que no estaba para romanticismo, los enfrentó a tiros. Tres ladrones lograron escapar y los otros dos fueron capturados por la Policía. Las flores se marchitaron.
¡De 152 representantes, votaron 153!
Dos cifras quedaron para los registros de la sesión de este solemne día patrio en el Congreso: 153 y 42. La primera se marcó en la Cámara de Representantes cuando se hizo la votación para elegir su segundo vicepresidente. En la presidencia todo fluyó según lo acordado y se eligió a Rodrigo Lara (Cambio Radical). Para la segunda vicepresidencia, sin embargo, hubo una evidente irregularidad. ¡Los escrutadores encontraron 153 votos en lugar de 152 votos que representaban a la totalidad de parlamentarios en el recinto! Este martes se volverá a votar. En el Senado quedó gravitando la cifra 42. Mientras el jefe del Estado, Juan Manuel Santos, hizo su intervención, su máximo opositor, el senador y jefe natural del Centro Democrático, Álvaro Uribe Vélez, escribió 42 trinos, que envió desde su celular a sus ya casi 5 millones de seguidores.
Robó patrulla de la Policía, pero se estrelló
¿Quién cuida a los policías de los ladrones? ¿Cuando asaltan a un policía, este a quién pide ayuda? Dos agentes fueron asaltados hace unas horas en Bogotá cuando llegaron a atender una pelea callejera. Por la prontitud del caso, los agentes se bajaron y dejaron las puertas abiertas y las llaves puestas en su vehículo oficial. “En ese momento, una persona en estado de alicoramiento ingresó a la patrulla, emprendió la fuga”, dice el parte oficial. Fue una huida corta. Muy corta. “Solo dos casas más adelante impactó a otra vivienda”, señaló el coronel Javier Aya, el oficial que atendió el caso. Por eso, el hombre fue capturado con relativa facilidad. Ahora está en la cárcel y debe responder por los delitos de daños en bienes del Estado y en bienes particulares. Las dos víctimas han sido objeto de los comentarios irónicos de sus compañeros de uniforme.
El chofer de Uber desaparecido… entre cobijas
La noticia no tendría nada de extraordinario porque luego de manejar en Bogotá es más que justo un merecido descanso. El problema está en que a lo largo de la madrugada, un conductor de Uber puso a decenas de sus compañeros a emprender su búsqueda en Ciudad Bolívar, sur de Bogotá, tras alertar de dos pasajeros que acababa de recoger; 30 conductores de la plataforma tecnológica dejaron de trabajar y se dieron a la tarea de encontrarlo. Temían lo peor. No descartaban que su compañero hubiera sido víctima de un hurto o un caso de homicidio. En todas las emisoras se habló de la inseguridad y se hicieron inquietantes conjeturas de lo que pudo haberle pasado. Entonces se montó un operativo en el que la Policía movilizó varias unidades. Horas después, la Policía informó que la vida del hombre nunca estuvo en peligro y que él tampoco fue víctima de la delincuencia, sino que, tras prestar el servicio, apagó el celular y se fue a dormir. “Dejamos de trabajar y de producir por tratar de ubicarlo, y usted no nos avisa”, le recriminaron sus colegas.
Lluvia de billetes en plena boda
La noticia es sorprendente por donde se mire. Una joven se enamora de un hombre que purga una pena en la cárcel por asesinato. ¿De dónde surgió el amor? Ella era su asesora jurídica. Se casaron en la cárcel de El Bosque, en Barranquilla. Se trata del exalcalde de Magangué Jorge Luis Alfonso López, hijo de la controvertida alias la Gata, y su amada. En vez de lluvia de arroz, como es la tradición, hubo lluvia de billetes de 50.000 pesos. El detenido, que purga una pena por el crimen del periodista Rafael Enrique Prins Velásquez, hecho ocurrido el 19 de febrero del 2005, es trasladado a la cárcel La Picota, en Bogotá. Ella, como dijo en la boda, lo amará hasta que la muerte los separe. Sin embargo, se quedó en Barranquilla.
ARMANDO NEIRA
Redacción domingo
En Twitter: @armandoneira
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