La campaña presidencial de Donald Trump parece a veces un desafío a la lógica.
Por más que insulte a cada vez más grupos de la sociedad estadounidense, su popularidad crece.
A veces, aparentemente, entre los mismos insultados.
La última paradoja es la de su desempeño en la primaria del partido republicano en el estado de Nevada, llevada a cabo este martes, en la que ganó holgadamente.
Trump ha dado prioridad en su campaña a estigmatizar a los inmigrantes indocumentados mexicanos, calificándolos de criminales y violadores y su promesa original de campaña es edificar una muralla fronteriza, pagada por los mexicanos.
Y muchos suponían que esta actitud iba a sepultar cualquier aspiración que tuviera entre el electorado hispano.
Pero una encuesta de boca de urna revelada a los medios el martes estimó que Trump ganó también entre los votantes republicanos latinos del estado. Esto pese a enfrentarse a dos candidatos republicanos latinos, Ted Cruz y Marco Rubio.
34.451
personas votaron por Trump en los caucus, lo que equivale a:
-
1% de los habitantes del estado
-
0,001% de la población de EE.UU.
Trump casi dobló a Rubio en las preferencias de los latinos republicanos de Nevada, con 45% contra 28% del cubano estadounidense. Cruz aparecía más atrás aún con 18%.
“¿Saben de lo que estoy realmente contento? Estoy de número 1 con los hispanos“, dijo el magnate y aspirante a la presidencia poco después de conocer los resultados.
Lo que lleva a que muchos analistas colectivamente se rasquen la cabeza y se pregunten: ¿por qué casi uno de cada dos republicanos hispanos en Nevada parece haberse inclinado por un candidato que ha sido acusado de agitar la xenofobia contra ese grupo étnico en particular?
Y más importante aún, ¿es indicativo esto de lo que puede ocurrir en las elecciones generales si Trump llega a obtener la nominación del partido republicano?
Los peros
Haber obtenido parte sustancial del voto latino republicano de Nevada en las circunstancias de esta campaña y después de sus agresivas declaraciones contra los mexicanos es un logro electoral indiscutible para Trump. Pero hay que hacer algunas salvedades que matizan el resultado.
“La encuesta no fue sobre todos los latinos de Nevada, sino con latinos que se identifican como republicanos”, dice a BBC Mundo Mark Hugo Lopez, director de investigación hispana en el Pew Research Center, un centro de investigación en tendencias de opinión en Estados Unidos. “En Nevada, la mayoría de los hispanos son demócratas”, aclara Mark Hugo Lopez.
Los hispanos republicanos de Nevada son un grupo muy pequeño. Constituyen apenas el 8% de los participantes en las primarias republicanas de ese estado. En contraste, en las primarias del partido demócrata que tuvieron lugar el sábado pasado, casi 20% del electorado era hispano.
Es una situación que se repite en el resto del país, donde la mayoría de los votantes hispanos son demócratas, no republicanos. En la última elección parlamentaria de 2014, por ejemplo, 62% de los latinos votaron demócrata, frente a 36% por los republicanos.
Por lo que en una elección general, si el candidato republicano fuera Trump, se esperaría que la mayoría de los hispanos en el país votaría contra él por el solo hecho de ser simpatizantes del partido contrario, el demócrata. Eso sin entrar a considerar siquiera sus opiniones sobre la inmigración.
También hay cuestiones metodológicas que despiertan dudas en los resultados divulgados el martes.
El principal interrogante se origina en el tamaño tan pequeño de la muestra de votantes latinos a partir del cual se están sacando conclusiones.
2.700
(cifra estimada)
-
6.000 hispanos en los caucus republicanos (8% del total)
-
45% votaron por Trump
Cerca de 75.000 republicanos participaron en las primarias del martes en Nevada, de los cuales aproximadamente 8%, unos 6.000, son latinos.
De ellos, el 45%, o sea cerca de 2.700 personas, son hispanos que votaron por Trump en Nevada, según la encuesta que han citado los medios.
Y, teniendo en cuenta que el electorado hispano en todo el país puede llegar a 27 millones de personas, sacar conclusiones para esa comunidad a partir de una muestra tan pequeña, de menos de 3.000, personas puede ser exagerado.
Más aún, indican expertos, el sondeo de boca de urna citado por Trump para reclamar su triunfo sobre los hispanos no consultó a todos los votantes latinos en ese estado, sino a una muestra que pudo abarcar a apenas 130 personas hispanas, según lo ha dicho el profesor David Lamore, experto en estudios electorales de la Universidad de Nevada, en el sitio web Latino Decisions, lo que da un margen de error importante en los resultados de la encuesta.
Mientras que Ali Valenzuela, profesor de la Universidad de Princeton, le señala a BBC Mundo otro posible problema metodológico. “Las encuestas a boca de urna casi nunca hacen preguntas en español, lo que crea sesgos en los resultados específicamente para los latinos”, señala el experto.
Es decir, el triunfo de Trump entre los latinos republicanos puede no haber sido tan abultado en la realidad.
Y al sumar los votos de los latinos que votaron en la primaria demócrata con los que votaron en la republicana, la imagen que se obtiene de la popularidad de Trump es distinta.
“Hubo 15,960 votos latinos por democrátas en Nevada. De un total de 18.608 votos latinos en Nevada, aproximadamente 14% apoyaron a Trump”, le dice Valenzuela a BBC Mundo.
Un caso comprobado
En cualquier caso, e independiente de las cuestiones técnicas, los resultados de Nevada indican que un hispano simpatizante de Trump no es un imposible lógico.
Y los avances de Trump entre los latinos no son un fenómeno que se limite a Nevada.
“Hay otras encuestas anteriores que indican que un número entre 15% y 20% de hispanos adultos en el país está de acuerdo con Donald Trump o tiene una opinión favorable de él”, indica Mark Hugo Lopez, del Centro Pew, a BBC Mundo.
En una manifestación a favor de Donald Trump en octubre pasado en Miami en la que BBC Mundo estuvo presente, cientos de hispanos, muchos de ellos cubano-estadounidenses, abarrotaron un lujoso hotel de propiedad del candidato para expresar su devoción a esta controversial causa política.
Como Isabel Millas, que nació en Cuba y vive en Miami desde 1961. En octubre pasado le decía a BBC Mundo que le daba toda la razón a Donald Trump en su posición sobre la inmigración. “Aquí no puede entrar gente indocumentada porque uno no sabe quiénes son”, aseguraba.
Al tiempo que otro miembro hispanoparlante del público exclamaba: “Este país se ha vuelto un desastre, entra todo el que quiere por la frontera”. Y aseguraba que Trump ha dicho “lo que el pueblo quiere oír”.
Castillos de naipes
La verdad es que muchos de los análisis tradicionales sobre política estadounidense se han derrumbado como castillos de naipes al enfrentarse al huracán de la candidatura de Trump.
Los latinos no son los únicos insultados por el polémico potentado que le han entregado resultados electorales distintos a lo esperado.
Apenas la semana pasada, los observadores asumían que la enorme población de militares retirados que habita en el estado de Carolina del Sur le iba a cobrar a Trump en las primarias de ese estado un comentario ofensivo anterior.
El candidato había difundido una declaración casi sacrílega en la cultura política estadounidense al hablar mal de un ex prisionero de guerra, el excandidato presidencial John McCain, quien pasó años en una carcel vietnamita después de haber sido derribado su avión y que es visto como un héroe en su país.
Pero Trump lo criticó por haberse dejado alcanzar por el fuego enemigo.
Y, sin embargo, el multimillonario político ganó holgadamente en Carolina del Sur, con muchos exmilitares entre sus más expresivos admiradores.
Al final, tanto entre los latinos, como entre el resto del público estadounidense, hay personas que se han dejado seducir por el embrujo de un fenómeno de masas indiscutible que llena estadios, satura redes sociales y, efectivamente, gana elecciones.
Y sin duda, los democratas que contaban con el apoyo incondicional de las minorías étnicas como una muralla contra el avance de Trump deben estar repasando muy bien sus estrategias en una elección que cada vez ofrece más sorpresas.
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