Una de tres personas en Alemania cree que las “Fake News” tuvieron un gran impacto en la elección del Bundestag el 24 de septiembre pasado. Por lo menos este fue el resultado de la encuesta realizada por la Fundación para la Nueva Responsabilidad (Stiftung Neue Verantwortung), con sede en Berlín.
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El resultado es sorprendente, ya que las agencias de seguridad y los medios de comunicación desestimaron esa influencia semanas antes de dichas elecciones. Su conclusión era la de que no iba a haber una inundación de noticias falsas que influyera en la campaña electoral.
“El hecho de que el miedo a las noticias falsas deliberadamente difundidas entre la población sea mayor que su impacto real parece, a primera vista, una imagen distorsionada”, dice Alexander Sängerlaub, que dirige el proyecto “Measuring Fake News” (SNV).
Sängerlaub ve un vínculo entre la angustia por la posible desinformación en la pasada campaña electoral y el cubrimiento mediático sobre esta. Y las impresiones de la campaña electoral de 2016 en EE. UU. desempeñaron un papel importante. Sin embargo, rara vez se ha diferenciado entre los diversos significados del fenómeno “noticias falsas” en Estados Unidos y Alemania.
La larga sombra de Donald Trump
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y otros populistas, lo usan como un arma de ataque contra los medios críticos hacia ellos, como CNN o el New York Times. Pero en el debate alemán el concepto de “noticias falsas” se ha utilizado más en las redes sociales mezclado con un discurso de odio. Una confusión de significados que ha sido trasladada a los diferentes grupos de electores.
Alexander Sängerlaub dirige el proyecto “Measuring Fake News” (SNV).
El que crea que los medios de comunicación alemanes no son confiables y vota por el partido de extrema derecha AfD, lo hace, como Trump, que busca hacer creer que la prensa tiene un sistema empeñado en difundir mentiras para hacerlo quedar mal, opina Sängerlaub.
Por ello, no es de extrañar que muchos votantes de AfD tengan la impresión de que “circulan muchas noticias falsas”. Mientras, en promedio, el 61 por ciento de los encuestados cree que circulan muchas noticias falsas, entre la ultraderecha es el 72 por ciento.
Según “Measuring Fake News”, “las noticias falsas surten su efecto desinformador justo entre la gente dispuesta a creerlas, ayudando así a crear una realidad distorsionada políticamente deseada”. En Alemania, los refugiados han sido el último objeto de esa realidad distorsionada que algunos quieren creer.
El goteo permanente hace mella
El análisis de la Fundación para la Nueva Responsabilidad permite, por último, una explicación a la sobrevaloración generalizada de las “Fake News”: “Cuando un tema copa permanentemente las noticias termina siendo sobrevalorado por la audiencia”. La típica “configuración de la agenda”, es decir, la prevalencia de temas específicos para convertirlos en supuestos valiosos e imprescindibles.
Marcel Fürstenau (jov/cp)
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Diez mitos del “pantalón bávaro”
El llamado de las montañas
Primer error: los pantalones de cuero vienen de Baviera. Estos típicos pantalones cortos pertenecen al código de vestimenta del Oktoberfest, la fiesta de la cerveza de Múnich. Pero en realidad hay pantalones cortos de cuero no sólo en Baviera sino también en otros lugares de los Alpes como Suiza, Austria y Tirol del Sur.
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Diferencias y sutilezas
Segundo error: todos los Lederhosen son iguales. Cada región tiene su propio pantalón corto de cuero. Un ejemplo: la bragueta con los cuernos de venado y botones es típicamente bávara. Por otro lado, los bordados son típicos de los alrededores de Salzburgo en Austria. Los muchachos los usan siempre con tirantes. Es muy práctico también tener bolsillos a los lados.
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El pantalón perfecto para el trabajo
Tercer error: el pantalón de cuero es incómodo. Ellos han sido creados para el trabajo duro. El material – cuero de oveja curtido, piel de cabra para los más humildes o piel de venado para los hombres adinerados – hace al pantalón liviano, suave y duradero. Protegen del mal clima, lo mantienen a uno seco, son frescos en días de calor y abrigados cuando hace frío.
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Un hombre, un par de cervezas y un plan
Cuarto error: los Lederhosen siempre fueron populares. En el siglo XIX, estos pantalones se volvieron impopulares. Los pantalones largos se pusieron de moda y los portadores del Lederhose clásico pasaban por incultos. Pero en 1883, el profesor bávaro Josef Vogl, junto a sus compañeros de taberna, formó el club de la conservación del pantalón de cuero.
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Prenda de vestir para los monarcas
Quinto error: los reyes no usaban Lederhosen. La iniciativa de Vogls encontró seguidores rápidamente. A fin del siglo XIX, el pantalón de cuero experimentó un ascenso social: se volvió el look casual de ciudadanos y reyes. El rey bávaro Luis II apoyó a Vogl e hizo conocido al pantalón dentro y fuera de Baviera. Francisco José de Austria los llevaba para la caza junto al príncipe Rudolf (foto).
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Lederhosen en el período nazi
Sexto error: los lederhosen no son políticos. Los nazis los utilizaron y convirtieron en un símbolo. Los idealizaron como fetiche del “sagrado mundo de las montañas”. Desde 1938, los nazis prohibieron usar estos pantalones cortos a los judios, como a otras personas que no eran “arias”.
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Lederhosen y la iglesia
Séptimo error: los Lederhosen son para los que van a la iglesia. La Iglesia católica no estaba contenta con el renacimiento de los pantalones cortos de cuero. Les parecía irrespetuoso que se mostraran las rodillas. Por eso son tabú en la misa. En 1913, un arzobispo los describió como inmorales. En Berlín, uno se puede casar, sin embargo, con estos pantaloncillos, incluso los homosexuales.
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Lederhosen y la globalización
Octavo error: con estos pantalones no se puede hacer negocio. Hubo un boom en la producción mundial. Hay muchas fábricas de Lederhosen en India, Hungría y Sri Lanka. El cuero viene de Pakistán o de Nueva Zelanda. Hay Lederhosen no sólo son para hombres y mujeres sino también para perros.
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Lederhosen para todos
Noveno error: los Lederhosen son caros. Uno puede escoger de una gran variadad de modelos. Los baratos están hechos de cuero de vaca y cuestan menos de 100 euros. Los caros, de cuero de venado, pueden costar más de mil euros. Un consejo: asegúrese de que el pantalón se estire con el calor corporal. Nada se ve más impresentable que unos Lederhosen flojos.
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Pregunta decisiva: ¿con o sin?
Décimo error: todas las preguntas sobre Lederhosen han sido contestadas. En la temporada alta del Oktoberfest (16.09.-03.10.2017) se presentan en todas las variaciones: cortos, largos, lila, café. Fans de todo el mundo los traen orgullosos en las carpas cerveceras. El Lederhose tiene una larga y agitada historia, pero hay una pregunta que nos rompe aún la cabeza: ¿Se usan con o sin ropa interior?
Autor: Christina Burack
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