Uno de los cargos menos visibles, pero más difíciles del equipo de comunicaciones de la Casa Blanca quedó vacante esta semana. Andy Hemming renunció a su cargo de director del equipo de respuesta rápida de la Presidencia.
Hemming, de 31 años, quien dejó su puesto a principios de la semana, como informó la publicación especializada
Politico, tenía la labor de destacar y promover la cobertura favorable que el gobierno recibe en medios tradicionales, esos mismos que el presidente
Donald Trump suele atacar e insultar como “fake news” o “deshonestos”.
Justo esta semana
Trump arremetió contra los medios tradicionales durante un evento de campaña en Phoenix Arizona, en el que los acusó incluso de fomentar la división del país y amplificar la voz de los grupos supremacistas blancos, aunque no explicó de qué manera lo harían.
Con seguridad, esa pugna permanente entre el presidente y la prensa haría muy difícil para Hemming identificar noticias “positivas” sobre la acción oficial para hacerlas circular entre otros medios y los opinadores profesionales que suelen usar las televisoras, una labor que suelen hacer todos los gobiernos.
La verdad es que desde la Casa Blanca se ha estado promoviendo más noticias negativas sobre los demócratas y otros factores opuestos al presidente Trump que cosas favorables hechas por el gobierno.
A mediados de julio, por ejemplo, Hemming destacó un trabajo del
The New York Times en el que se analizaba cómo los demócratas estaban bloqueando las nominaciones enviadas por el mandatario para ocupar cargos en la administración pública y en tribunales federales.
Éxodo continuo
Aunque Hemming no ha comentado con ningún medio hasta ahora las razones de su partida, la Casa Blanca ha informado que la decisión se tomó “de mutuo acuerdo”, al tiempo que la portavoz presidencial Sarah Huckabee le deseó “lo mejor” en su próximo destino.
En condiciones normales, un cargo tan específico dentro del equipo de prensa no recibiría tanta atención, peor se trata de una deserción más a pocos meses de empezada la presidencia desde que en julio
la fugaz pasada de Anthony Scaramucci por la Casa Blanca, se saldó con la salida de Spicer, el jefe de gabinete, Reince Priebus, y finalmente el mismo Scaramucci, tras solo diez días como jefe de comunicaciones.
La semana pasada el estratega jefe Steve Bannon dejó su cargo, al igual que Scaramucci, como parte de la reestructuración del equipo que trabaja con el presidente que acometió el nuevo jefe de personal, John Kelly.
En semanas pasadas, Vice News informó que el presidente recibía dos veces al día una carpeta con las informaciones positivas sobre él y su gobierno salidas en los medios, aunque en aquel momento el renunciante secretario de prensa, Sean Spicer, calificó la información de “ridícula”, aunque dijo que no hablaría sobre los materiales que se comparten con el mandatario.
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