Quienes se dedican a observar barcos en Estambul se han convertido en una fuente clave de valiosa información geopolítica para diplomáticos y expertos en inteligencia al alertar al mundo sobre las dimensiones que ha tomado la campaña de Rusia en Siria.
Es casi medianoche. Apenas acabo de irme a dormir al final de un largo viaje a esta ciudad, cuando el sonido de mi teléfono celular anuncia que tengo un mensaje.
“Noticias ligeramente malas”, dice.
“Alexander Tkachenko entrará en el Bósforo a las 4:20 am. Muy inconveniente. No hay ninguna garantía de que veamos nada en absoluto”, agrega.
- Por qué Siria es tan importante para Rusia y Vladimir Putin
- Cuán poderoso es el sistema S-400 que Rusia tiene en Siria y que es la “pesadilla de los pilotos”
El Alexander Tkachenko es un enorme ferry ruso de pasajeros y vehículos que ha cruzado el Bósforo en muchas ocasiones anteriores, transportando de forma visible en su cubierta camiones militares y otros equipos destinados a Siria.
Puede que esta vez su carga no pueda verse. En todo caso, en esta época del año a las 4:20 am aún falta mucho para que amanezca en Turquía. Aún estará oscuro.
Pero eso no detendrá a Yoruk Isik, quien me envió el mensaje, antes de levantarse de la cama para ir buscar un buen lugar de observación a las orillas del Bósforo, en el corazón de Estambul, con sus binoculares y una cámara con un teleobjetivo.
Estará así preparado para tuitear las noticias sobre el tránsito del barco a muchos de sus ávidos seguidores, entre los cuales ahora se incluyen diplomáticos y analistas de inteligencia alrededor del mundo.
Y me está invitando a acompañarle, aunque advierte: “Me sentiré muy culpable si no hay nada a bordo.
Por supuesto que yo también me levanto. Para eso he venido hasta acá.
Observación de barcos
Bienvenidos al extravagante -pero políticamente cada vez más importante- mundo de la observación de barcos.
Se trata de una altamente colaborativa fraternidad internacional. La mayor parte, aunque no todos, son hombres e Isik es uno de sus miembros más entusiastas y enérgicos.
Es un hombre grande en todos los sentidos de la palabra: parece un oso, es generoso y divertido.
Y se mantiene en pie tomando tazas de café bien fuerte, que es el tercer amor de su vida después de su esposa y de los barcos, porque no duerme mucho.
“Muchas veces me levanto a las dos, tres o cuatro de la mañana para ver cosas”, dice.
“Sí, es muy doloroso. Destruyo muchos días como este”, agrega riendo.
Es fácil entender cómo comenzó su adicción. En parte se deriva de vivir en Estambul.
El Bósforo, la puerta hacia el Mar Negro para los barcos que vienen del Mediterráneo, no es la única vía en el mundo congestionada con el tráfico de barcos procedentes de muchos países del mundo.
Pero ninguno de estos canales atraviesa el corazón de una ciudad enorme.
Así, los 15 millones de habitantes de Estambul pueden ver una gran cantidad de barcos de guerra, cruceros o cargueros mercantespasar frente a sus narices.
Puntos de observación
Con apenas 700 metros de ancho en su punto más angosto, el Bósforo es tan transitado que para evitar accidentes las autoridades turcas usan un sistema de una sola dirección, cambiando regularmente el sentido de la navegación de acuerdo con la demanda. Los barcos que van hacia el otro lado deben esperar ante sus entradas al norte o al sur.
Isik tiene sus puntos de observación favoritos, la mayor parte de ellos en una de las muchas curvas del estrecho, pero con frecuencia se limita a mirar desde el balcón de su casa.
“La observación de barcos es un espejo de las relaciones internacionales, de la política, de lo que está ocurriendo ahora“, dice.
“Las guerras comerciales entre Rusia y Turquía, la presencia de Estados Unidos en el Mar Negro dando apoyo a sus aliados de la OTAN o los intentos de Moscú para reinsertarse en Medio Oriente, todo está ocurriendo en mitad de esta ciudad”, agrega.
Isik, quien se gana la vida como consultor en relaciones internacionales, registra el tránsito de barcos de todo tipo.
Uno de los que esperó recientemente en un café junto a la orilla fue el barco de construcción más grande del mundo, el Pioneering Spirit, cuyo tamaño equivale al de seis aviones jumbo, para verlo cruzar el Bósforo en su ruta para ayudar a ensamblar el gasoducto Turkstream frente a las costas rusas.
Es tan grande que el estrecho tuvo que ser cerrado a los demás barcos mientras hacía su travesía.
Pero son los barcos de guerra los que más fascinan a Isik y a su amigo Devrim Yaylali, quien también se dedica a observar barcos y es editor de la web Bosphorus Naval News (Noticias Navales del Bósforo).
Ocupados
Yaylali es economista y ha estado mirando los barcos incluso desde antes de que Isik comenzara a hacerlo, dado que él tenía que cruzar el estrecho para ir al colegio cuando era adolescente, durante la Guerra Fría.
Tenía tanta curiosidad sobre los barcos de guerra soviéticos que un día incluso llegó a faltar a un examen para fotografiar el portaviones Almirante Kuznetsov, que ahora es el buque insignia de la Armada rusa, durante su primer cruce a través de Estambul.
En la actualidad Isik y Yaylali se mantienen cada vez más ocupados, debido al incremento del tráfico marítimo por el Bósforo desde que Rusia se anexionó la península de Crimea, en el lado norte del mar Negro.
El Kremlin ha estado reforzando sus defensas militares en Crimea y modernizando su flota en el Mar Negro, cuya base está en esa península en el puerto de Sebastopol.
“Rusia ya compró tres nuevos submarinos Clase Kilo y un cuarto está por llegar“, dice Isik.
“Eso demuestra su interés en afianzar su influencia sobre el Mar Negro”, apunta.
Pero la OTAN dijo que responderá con un aumento de su presencia naval en la región.
“Más alarmante”
En abril, Isil avistó el destructor británico HMS Daring en su paso por Estambul, un inusual despliegue operacional de la Armada británica en el Mar Negro.
“Para mí, la situación actual es más alarmante que durante la Guerra Fría. Existe la posibilidad de más confrontaciones militares”, afirma.
Pero, por ahora, el mayor riesgo de un enfrentamiento se relaciona con Siria y, desde que Rusia comenzó a implicarse en esa guerra hace casi dos años, Isik y el resto de sus colegas que observan barcos han jugado un papel clave al alertar al mundo sobre la dimensión del compromiso militar ruso allí.
Todos los barcos de Rusia que viajan a Siria desde Sebastopol o desde la otra base rusa en el mar Negro en Novorosíisk deben cruzar a través del Bósforo.
En ocasiones, asegura Isik, Rusia parece querer alardear sobre su controversial campaña.
Su imagen más famosa, tomada en diciembre de 2015 y retuiteada alrededor del mundo, era la de un soldado ruso de pie en la cubierta de una lancha de desembarco cargando un lanzamisiles portátil Igla, mientras la embarcación cruzaba por el centro de Estambul.
Los barcos de guerra de Rusia, al igual que los de otras naciones con costas en el Mar Negro, tienen plenos derechos para cruzar el Bósforo en tiempos de paz. El resto de países tienen derechos más limitados.
Pero la imagen, captada poco después de que Turquía derribara un cazabombardero ruso que supuestamente había violado su espacio aéreo, fue considerada como una provocación al punto que Ankara envió a Moscú una nota diplomática de protesta.
“Yo ni siquiera vi el cohete a simple vista, sólo cuando descargué la foto”, dice Isik.
“Al final, no sabría decir si fue algo hecho por orden de Moscú o si solo fue una iniciativa del soldado o del capitán del barco”, añade.
Secreto
En cuanto al Aleksandr Tkachenko, la embarcación por la que ambos renunciamos a dormir, finalmente emergió como se esperaba de la niebla matinal cuando transitaba por una curva del Bósforo, cargado con numerosas hileras de verdes camiones militares Kamaz.
“Estoy bastante emocionado porque el gobierno de Rusia hizo un contrato con este barco hace año y medio. Era secreto, ellos no lo anunciaron y esto muestra su acercamiento a la guerra. Los barcos de la OTAN son más fuertes que la Armada rusa, pero con lo que tienen Moscú lanzó una campaña exitosa a 1.600 kilómetros de Sebastopol”, afirma.
“Fui el primero en darse cuenta de que Rusia estaba transportando vehículos militares en embarcaciones civiles y esto mostró, aún más, que están profundizando su compromiso con la guerra”.
Luego pregunta: “¿Entonces, Tim, ahora sientes la emoción de quienes observamos los barcos?”.
“Yo amo el misterio. Cuando vemos un barco cargando cosas del punto A al punto B es como un rompecabezas y, con la ayuda de otras personas que avistan embarcaciones, puedes solucionarlo”, se responde.
Comments