La situación en Turquía está mayormente bajo control, dijo el primer ministro Binali Yildirim, agregando que un intento de golpe de Estado contra el Gobierno fue un acto de rebelión de un grupo de seguidores del clérigo musulmán Fethullah Gulen, quien reside en Estados Unidos.
Yildirim también dijo al canal NTV que se declaró una zona de exclusión aérea sobre la capital, Ankara y una organización con sede en Estados Unidos cercana a Gulen negó que el clérigo estuviese involucrado.
El Servicio de Inteligencia de Turquía (MIT) también informo sobre el fracaso golpista que vivió el país, aunque indicó que aún quedan algunas bolsas de resistencia por parte de los militares rebeldes, que serán juzgados por traición.
La estación de televisión estatal turca TRT reanudó sus transmisiones el sábado, después de que salió del aire durante el intento de golpe de Estado. Sus empleados dijeron que fueron tomados como rehenes por los conspiradores.
Durante los altercados, al menos 17 agentes de Policía murieron producto de una explosión en la sede de la fuerzas especiales del cuerpo en el distrito de Golbasi, en Ankara. Por otra parte el edificio del Parlamento turco, también en Ankara, fue alcanzado por una bomba tirada desde un avión, según informó la agencia Anadolu y a Efe un diputado.
Por otra parte algunas tropas turcas hirieron a varios civiles que protestaban contra el golpe de Estado en uno de los puentes sobre el Bósforo que unen los sectores asiático y europeo de Estambul, comprobó un fotógrafo de la AFP.
Entretanto una fuente gubernamental dijo que cazas F16, leales al gobierno del presidente islamo conservador Recep Tayyp Erdogan, abatieron en un sitio no precisado un helicóptero que transportaba militares golpistas.
El Ejército turco había afirmado en un comunicado de prensa, que había tomado el poder en todo el país y declaró la ley marcial.
“El Ejército se hizo cargo totalmente para restaurar la democracia (…) Todos los acuerdos internacionales estarán vigentes. Esperamos mantener nuestras buenas relaciones con todos los países”, señalaba la nota del Estado Mayor del Ejército.
Los aeropuertos internacionales de Ankara y Estambul fueron tomados por soldados y por este motivo se cerraron y cancelaron todos los vuelos. Al mismo tiempo, unidades de la Gendarmería cerraron las dos puentes sobre el Bósforo en Estambul, impidiendo todo tráfico de la parte asiática a la europea de la ciudad, informa la cadena NTV.
El presidente del país, Recep Tayyip Erdogan, se comunicó a través de Facetime con la cadena CNN de Turquía y declaró que fue un acto promovido por “una estructura paralela” y que el levantamiento tendrá su “respuesta necesaria”. Asimismo, el mandatario había incitado a la población a salir a las calles en protesta.
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El primer ministro de Turquía, Binali Yildirim, indicó en declaraciones a la cadena NTV que quienes efectuaron el intento de golpe “pagarán un alto precio. No haremos concesiones en la democracia”, prometió Yildirim.
La agencia turca Dogan señaló que numerosas ambulancias habían acudido al cuartel central del Estado Mayor donde según testigos se habían oído tiroteos.
Un periodista registró el momento en el que militares le anuncian a civiles que se vayan a su hogar ya que las fuerzas armadas tienen el control de la administración.
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