La policía informó de esta situación y tituló al caso como un “hecho confuso”. El jefe de Policía, Erode Ruiz, encabezaba al caer la tarde una serie de actuaciones tendientes a identificar a los presuntos autores del ataque sufrido por la argentina.
El caso ocurrió poco después del mediodía a la altura del kilómetro 113 de la Ruta Interbalnearia. La mujer regresaba en su Jeep Cherokee de dejar a su pareja en la terminal aérea donde debía abordar el vuelo diario a Buenos Aires.
La mujer y su pareja residen de forma permanente en Punta del Este. Sus hijos concurren a uno de los colegios privados del balneario.
Según su relato, su paso en la doble vía fue interceptado por dos hombres y una mujer uniformados con prendas de color verde y que tenían colocados conos de señalización en la carretera.
Los hombres la obligaron a detenerse, cosa que fue acatada por la mujer al creer que se trataba de un “retén” de control policial.
Al detenerse, los sujetos ingresaron a la camioneta exigiéndole que se pasara al asiento trasero.
“Entre tres y cinco minutos después de haber salido del aeropuerto, un retén me saca para control policial. No eran policías, eran ladrones. En realidad no sé si ladrones o secuestradores porque lo que querían era llevarme, que me pasara al asiento de atrás. Me golpearon, fue un rato muy feo que pasé”, dijo la víctima.
Los conos colocados en la ruta hicieron que los demás vehículos que pasaban por ese lugar redujeran su velocidad. Esto permitió escuchar los gritos de la propietaria de la camioneta. Ante la presencia de los automovilistas, los dos hombres y la mujer huyeron en dos automóviles.
Una vez en libertad, la mujer se dirigió a la terminal aérea donde fue atendida y curada de las heridas sufridas durante el atraco.
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