Se calcula que mil millones de personas vieron hace cinco años el rescate de los 33 mineros chilenos por televisión. De todas ellas, sólo una se enamoró de un rescatado, lo contactó a distancia por redes sociales y terminó casándose con él.
Hoy, Melanie Meyer y Daniel Herrera, conductor y minero –rescatado número 16 de la mina San José–, quienes viven en Chile, esperan en Alemania el nacimiento de su primera hija, a la que llamarán Sofía.
“Sí, me enamoré de él por televisión”, le dice Meyer a BBC Mundo desde Weingarten, una ciudad de 24.000 habitantes en el sur de Alemania donde Herrera acaba de llegar tras participar con sus compañeros en una audiencia con el Papa.
Es la primera vez que el minero vuela sin el grupo de los 33. “No me gusta viajar, no soy de aviones. Con la delegación es más fácil, porque estamos todos juntos. Pero me tuve que venir solo, sin saber inglés. Imagina lo que me costó y lo asustado que estaba. Pero estoy en Alemania y vengo a conocer a la familia”, cuenta.
Una sonrisa que enamora
Cinco años atrás, un 13 de octubre, Herrera salía de la tierra en una estrecha cápsula metálica tras pasar 69 días atrapado.
De nuestro archivo: El rescate de los “33”
A 11.523 kilómetros de distancia, Meyer volvía a casa después del trabajo, y veía el rescate en el canal de noticias alemán N24. Vio a Herrera volver a la superficie. Lo vio abrazar a su madre, Alicia Campos.
“No importa mamá, si ya pasó”, se escuchó decir a Herrera esa noche en la transmisión. “Vi la sonrisa de Daniel adentro de la cápsula”, recuerda Meyer. “Era una sonrisa que tenía algo especial, no puedo decir qué, pero era algo que encontré muy interesante. Estaba con mi hijo y mi hermana y les dije que me gustaba”.
En los frenéticos días que siguieron al rescate, Meyer usó el español que había aprendido en el colegio para contactar a Herrera en Facebook, tratar de chatear con él. Él respondía con evasivas o no contestaba. Creía que Meyer era parte de la prensa que por ese tiempo no daba respiro a los mineros.
“Nuestra historia se basa en su persistencia. Mucha gente se me trató de acercar por Facebook, mucha, mucha, mucha gente. Pero ella fue la diferencia. Ella insistió. Yo nunca creí en el amor cibernauta. Pero ella me cambió”, dice Herrera cinco años después.
“Soy muy perseverante”, cuenta Meyer. “Y al principio sólo quería saber si la impresión que yo había tenido de él era la correcta, si no me había equivocado. Y no. Era tal como lo imaginé”.
Tras algunas visitas a Chile, video llamadas, chat y mensajes, Herrera y Meyer, se casaron en Chile en un programa de televisión.
Herrera fue con cámaras a buscarla al aeropuerto para pedirle matrimonio. Un actor, una modelo, un periodista, una bailarina y un estilista organizaron la fiesta y la ceremonia.
Un grupo de figurantes levantó los carteles en español y alemán donde se leía: “Willst du mich heiraten?” “Dime que sí”.
La conductora del programa hizo el primer brindis.
La madre del novio pidió una buena acogida para Melanie: “Los que son parte de la familia, quiéranla como tal, porque ella está lejos de la suya”.
Nosotros estábamos con ustedes
Tres veces vio Meyer “Los 33”, la película sobre el rescate con Antonio Banderas en el papel principal. “Es muy emocionante”, dice.
“La película está bien hecha, es bonita. Dice la verdad y todo se trató con mucho respeto. La directora quería que se reflejaran las 33 historias canalizadas en los 6 mineros que allí salen. Yo era el operador, el que le estaba enseñando al boliviano”, detalla Herrera.
Casados hace un año, el matrimonio vive en Santa Cruz, al centro-sur de Chile. Herrera, que hizo un tratamiento sicológico y siquiátrico tras el rescate, volvió a la minería. Trabaja al norte del país, en Radomiro Tomic, una de las divisiones de la minera estatal Codelco. De los 33, es uno de los pocos que volvió al rubro.
“Tengo la misma pega (trabajo) que hacía en la San José, pero ahora en la gran minería, con estándares de seguridad. Nada que decir. Aquí el capital humano importa y tenemos la facultad de parar una labor. En San José no podíamos reclamar, había que asumir no más”.
Lea: ¿Sueldos más altos, la misma seguridad?
Herrera viaja cada 7 días a la mina. Melanie Meyer, que trabajó por 17 años como secretaria en una empresa en Alemania, dice que le acomoda la vida de la minería.
“Como esposa de minero sabía que pasaríamos un tiempo separados. Pero los días que paso sola los necesito para mí. Los alemanes somos así, necesitamos tiempo para nosotros mismos”, reflexiona.
Hoy existen al menos 7 copias de la Fénix, la cápsula que rescató a los mineros. Una de ellas se encuentra en el Museo de la ciudad de Santa Cruz. A veces llaman a Daniel Herrera para que se la muestre a los turistas.
“Voy cuando me necesitan y hago de guía por el Pabellón del Gran Rescate. Cuento lo que pasó, muestro. La gente me trata con respeto, y se va muy contenta. Me cuentan que estaban con nosotros, recuerdan el rescate. Yo lo hago también para retribuir algo y para que ellos cierren un ciclo de su vida, tal como lo cerré yo”.
Daniel Herrera tenía 27 años el día del accidente. Hoy tiene 32. Y sus sentimientos sobre el accidente son encontrados.
“Tengo recuerdos de los que no me gusta hablar, claro, de lo trágico. Pero es raro, porque también se puede decir que el accidente me trajo cosas buenas. Gracias al accidente tengo una señora, una esposa y estamos haciendo nuestra familia. Mi vida cambió, pero para bien”.
¿Todavía le gusta la minería?
“Es el mejor trabajo del mundo”, contesta.
Vea también: Cómo cambió la vida de los mineros chilenos
Comments