La oposición venezolana anunció este martes que intentará sacar al presidente de Nicolás Maduro del poder este año.
Lo coalición opositora de la Mesa de la Unidad Democrática detalló en una rueda de prensa que lo hará a través de tres vías: la presión social para lograr la renuncia, una enmienda constitucional y un referendo revocatorio.
Maduro, quien fue electo para el período 2013-2019, ha reiterado que no va a renunciar.
El oficialismo ve estas propuestas como un llamado a la protesta similar al de 2014, cuando una ola de manifestaciones dejó más de 43 muertos y casi 4.000 detenidos, entre ellos varios líderes de la oposición.
“Ellos (la oposición) quieren hacer movilizaciones de calle para generar violencia y dar un golpe de Estado, apoyados por el imperialismo norteamericano”, dijo el lunes Diosdado Cabello, diputado y alto mando del chavismo.
Venezuela pasa por la peor crisis económica de su historia reciente, que se ha agravado por la caída del precio del petróleo y se suma a la inseguridad, las denuncias de corrupción y los cortes de agua y luz, que se volvieron rutinarios este año.
¿Por qué ahora?
La oposición argumenta que después de las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre, en las que ganaron la mayoría en el Parlamento por primera vez en 17 años, el oficialismo “no ha rectificado” y de ahí “la necesidad” de un cambio de gobierno.
“Nada funciona, todo está mal y nuestros derechos están siendo constantemente pisoteados, mientras persiste el saqueo del dinero y los recursos de los venezolanos”, se lee en un comunicado dado a conocer por la coalición.
La MUD informó que desde la próxima semana, empezando este sábado, instalarán centros de campaña por todo el país en busca de “promover el cambio” y movilizar a los venezolanos.
La oposición ha dicho que debido al “control institucional” del gobierno es necesario combinar tres mecanismos diferentes para alcanzar la transición.
Analistas dicen que la táctica mixta es una prueba de que la MUD no logró ponerse de acuerdo.
Cada una de las estrategias cuenta con pros y contras, y se puede afirmar que representan a cada una de las diferentes ramas de la oposición.
La renuncia
La renuncia a través de la presión social es apoyada por el ala considerada radical, representada por figuras como Leopoldo López, condenado a más de 13 años de prisión, y María Corina Machado, exdiputada inhabilitada políticamente por la Contraloría.
Esto implica movilizar a todo el país descontento, incluso a aquellos que vienen de militar en el chavismo.
El obstáculo de esta propuesta puede ser que Maduro insista en quedarse en el cargo.
Los críticos de la propuesta, además, aseguran que Maduro cuenta con el apoyo de instituciones clave que podrían presionarlo para que renuncie, como las Fuerzas Armadas.
Sin embargo, hay un ala disitente del chavismo que ha pedido la renuncia de Maduro y ésta puede coger fuerza.
Con eso, emerge la posibilidad de una transición dentro del chavismo.
Según la constitución, si el presidente renuncia antes del cuarto año de mandato, se deben celebrar nuevas elecciones en menos de 30 días, durante los cuales asume el vicepresidente, quien en este momento es Aristóbulo Istúriz, un chavista considerado moderado.
Si es la renuncia es después del cuarto año, el vice completa el mandato.
La enmienda constitucional
Este mecanismo busca que se acorte el periodo presidencial de seis a cuatro años y se derogue la reelección inmediata, que se aprobó por referendo en 2009, cuando el fallecido Hugo Chávez estaba en el poder.
La idea de la enmienda constitucional la lanzó el presidente de la Asamblea Nacional, Henry Ramos Allup.
Sus partidarios argumentan que es el método más simple, porque solo debe ser aprobado por una mayoría simple del Parlamento, que la oposición tiene cómadamente.
Luego de la aprobación en la Asamblea, el Consejo Nacional Electoral (CNE) en teoría debe convocar a un referendo, que por ser una enmienda solo necesita de la aprobación del 30% del registro electoral, un requerimento menos complejo que el exigido por un revocatorio.
Los críticos de esta propuesta dicen que el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) puede bloquearla alegando que se trata en realidad de una reforma constitucional y no una simple enmienda.
En ese caso, se requeriría la aprobación de dos tercios de la Asamblea, que según el mismo TSJ la oposición ya no tiene desde que fue suspendida la toma de posesión de cuatro diputados impugnados.
La enmienda también se somete a un debate sobre si entra en vigor luego o durante el mandato de Maduro, el cual se definirá en el TSJ.
El referendo revocatorio
Esta propuesta es liderada por el excandidato presidencial Henrique Capriles y el diputado Julio Borges.
Según la Constitución, el presidente puede ser revocado por medio de un referéndum cuando cumpla la mitad de su mantado.
Y eso ya presenta una incógnita que tendrán que resolver el TSJ o el CNE: ¿cuándo se empieza a contar el inicio del mandato de Maduro?
El presidente fue elegido, de acuerdo a la Constitución, para completar el mandato de Chávez. Así que hay tres respuestas: cuando Chávez fue reelecto (12 de octubre de 2012), cuando Chávez debía haber sido posesionado (10 de enero de 2013) o cuando Maduro se posesionó tras la muerte de Chávez después de las elecciones con Capriles (19 de abril de 2013).
El referendo implica que una organización de casi 200.000 ciudadanos (1% del registro electoral) solicite la activación de la consulta popular.
Luego esa agrupación debe recoger en tres días casi 4 millones de firmas (20% del registro electoral).
Si el CNE certifica esas firmas, convoca a un referendo, en el que –para ser aprobada la propuesta– deben participar casi 5 millones de personas (25% de los electores) y el “sí” debe superar los votos que eligieron a Maduro: poco más de 7.500.000.
Esta es la vía más dispendiosa para sacar Maduro, pero sus partidarios dicen que tiene la ventaja de que no depende del TSJ ni de las Fuerzas Armadas, sino que le da a los venezolanos el poder de derrocar al presidente.
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