Ibrahim Almohmmad huyó de la guerra civil en su país natal, Siria, y tras su paso por un campo de refugiados en Líbano aterrizó en Uruguay, dentro de un programa de acogida del gobierno sudamericano.
Pero un año después de su llegada a Montevideo, Ibrahim se quiere ir.
Como él, otras cuatro familias, unas cuarenta personas, que desde hace dos días acampan frente a la sede del gobierno en una plaza de la capital.
“Queremos volver a Líbano, no más. El futuro para nosotros aquí es muy negro”, le dice Ibrahim a BBC Mundo.
“Uruguay es muy bueno y lindo, pero la vida es difícil, es muy caro, tenemos una familia grande, y hay familias de 15 o 13 personas”, explica en un precario español.
Ibrahim, que consiguió trabajo en un centro médico del país, tiene tres hijos menores de cinco años y asegura que con su sueldo de unos 370 dólares mensuales no le alcanza para vivir.
“No hay problema con el gobierno del Uruguay, no hay problema con el Uruguay, con la gente… Tengo miedo del futuro, quiero soluciones”, protesta.
Otros sirios, que llegaron en octubre de 2014 a Uruguay por iniciativa del entonces mandatario del país, José Mujica, también se han quejado del alto costo de vida e incluso de la seguridad, ya que algunos sufrieron robos en este último año.
Estas familias confían en que, si vuelven a Líbano, les será más fácil emprender el viaje hacia otros destinos, como Europa, como más de 350.000 compatriotas han hecho ya atravesando el Mediterráneo, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Algunos otros refugiados no descartan quedarse en el país, siempre y cuando se les garantice un futuro más prometedor.
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“Uruguay no pagará el viaje”
Los refugiados han mantenido encuentros con representantes del gobierno de Uruguay, que aseguró que no impedirá su salida.
“No depende de nosotros que los sirios se vayan del país. El mecanismo depende de los Estados de acogida”, dijo el secretario de Derechos Humanos de la Presidencia, Javier Miranda, al diario El País de Uruguay.
“Ellos tienen los documentos para poder viajar pero lo que el Estado uruguayo no va a hacer es pagarles el pasaje”, aclaró.
Las familias de refugiados en Uruguay reciben asignaciones del gobierno, pero por tiempo limitado.
Se trata de pensiones que varían según la cantidad de hijos y que vencerán en diciembre del año próximo.
Nuevo contingente
Desde el gobierno señalan que se están estudiando mejoras en los planes de acogida de refugiados de cara a la llegada del próximo contingente de sirios, otros 73, que se espera puedan aterrizar en Uruguay a fines de este año.
Desde la Secretaría de Derechos Humanos se explica que priorizarán el reparto de las familias en diferentes territorios del interior del país antes que en Montevideo, aunque seguirán contando con intérpretes.
El programa de reubicación de refugiados acordado por el gobierno de Mujica, que incluía a un total de 120 personas, tiene un costo de US$3 millones.
Ya otros países latinoamericanos, como Brasil, habían acogido refugiados sirios, pero Uruguay fue el primero que asumió todo el costo de su reasentamiento bajo un programa dela Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados, ACNUR.
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