El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, regresó en la mañana de este sábado a Estambul horas después de que iniciara un intento de golpe de Estado en su contra por parte de un grupo de militares.
Y frente a una multitud que lo aclamaba en el aeropuerto de Estambul, dijo: “El gobierno está en control”.
Por su parte, el nuevo jefe interino del estado mayor del ejército, Ümit Dündar— quien fue nombrado en sustitución a Hulusi Akar, capturado por los golpistas y cuyo paradero se desconoce— , también informó que el intento de golpe ya fue “frustrado”.
Y el primer ministro Binali Yildim describió el levantamiento como “una mancha negra en el historial democrático de Turquía”.
Según las autoridades, el levantamiento y la respuesta para controlarlo dejaron como consecuencia 265 muertos, “la mayoría de ellos civiles”, más de 1.000 heridos y más de 2.800 militares vinculados al golpe arrestados.
La televisión turca mostró a decenas de soldados presuntamente involucrados en el intento de golpe rindiéndose, abandonando los tanques con las manos en alto.
El gobierno turco también informó que 29 coroneles y 5 generales fueron apartados de sus cargos, así como unos 3.000 jueces.
Ya lo advirtió Erdogan en el aeropuerto, a donde llegó tras disfrutar de unas vacaciones en el sur del país: “Este levantamiento, este movimiento es un gran regalo de Dios para nosotros. Porque el ejército será limpiado“.
Y en su desafiante discurso agregó que los golpistas “pagarán caro este acto de traición”.
Asimismo, el presidente turco señaló como culpables del intento de derrocamiento a los seguidores del clérigo musulmán turco Fethullah Gulen.
Aunque el clérigo, quien vive autoexiliado en Estados Unidos, negó categóricamente cualquier vínculo con los acontecimientos de Turquía.
Este sábado el presidente Erdogan pidió a EE.UU. que extradite al clérigo Gulen durante un discurso ante una multitud de seguidores en Estambul.
- Las primeras imágenes del intento de golpe de Estado en Turquía
- El determinante papel del ejército en la historia de la Turquía moderna
Grecia informó del arresto de ocho hombres que llegaron al país en un helicóptero militar turco.
El aparato aterrizó en la ciudad norteña de Alexandroupolis y los hombres solicitaron asilo político, según las autoridades griegas.
Pero Turquía ya adelantó que pedirá su extradición.
Cómo ocurrió
En la noche de este viernes, un grupo de militares de los cuales no se sabe aún quién los dirigía, aseguró tener el control de Turquía tras posicionar escuadrones de soldados en puntos estratégicos de Estambul y Ankara, las dos principales ciudades del país.
Decretaron el toque de queda y la ley marcial, y en un comunicado leído en la televisión estatal aseguraron haber instalado en el gobierno a un “consejo para la paz de la patria”.
Miles de personas ignoraron el toque de queda y salieron a protestar en apoyo a Erdogan, algunos incluso saltando sobre los tanques en actitud desafiante.
Durante toda la noche, las imágenes y reportes de medios locales mostraron enfrentamientos entre militares y civiles, y explosiones en edificios gubernamentales.
En la plaza Taksim, en Estambul, por ejemplo, se escucharon dos explosiones grandes. Las mismas fueron acompañadas por el sonido de aviones de combate.
Los medios estatales informaron que una bomba impactó el edificio del Parlamento en Ankara.
Por otra parte, un avión de combate del gobierno derribó un helicóptero militar que era tripulado por fuerzas golpistas.
El primer ministro de Turquía, Binali Yildirim, había dado la orden de derribar cualquier aeronave secuestrada por los golpistas. Según informó, jets militares habían despegado de la base militar ubicada en Eskisehir, al este de Ankara.
También se reportaron tiroteos y una explosión cerca del complejo presidencial en Ankara, y que sólo en el cuartel de las fuerzas especiales de la capital 17 policías habían muerto, aunque no se tiene claro si estas víctimas están incluidas en la cifra de fallecidos general.
“Orden democrático”
Horas antes, los uniformados emitieron en la televisión estatal un comunicado en el que aseguran haber tomado el poder para “preservar el orden democrático”.
El comunicado del grupo militar, leído por un presentador del canal nacional de televisión TRT— según él, obligado a punta de pistola—, aseguraba que el imperio de la ley democrática y secular se había visto erosionado por el actual gobierno, y que entraría en vigencia una nueva Constitución.
Sin embargo, Erdogan habló por medio de una videollamada desde un celular al canal de televisión CNN Turk para asegurar que seguía en ejercicio de su cargo e instó a sus partidarios a salir a las plazas y calles del país en favor de la democracia.
El mandatario se refirió al intento de golpe como “el levantamiento de una minoría”.
El inicio
Los primeros reportes de una situación irregular en Turquía habían llegado cuando medios locales empezaron a hablar de sobrevuelo de aviones caza-bombarderos y helicópteros militares, así como disparos en Ankara.
Además, tanques bloqueaban dos puentes sobre el río Bósforo, en la ciudad de Estambul, la más grande del país. También impedían el acceso a los aeropuertos de esta ciudad y de la capital, Ankara.
Grupos de monitoreo de internet dijeron que el acceso a redes sociales como Facebook y Twitter estaba siendo restringido en Turquía, aunque no estaba claro quién bloqueaba el acceso.
La televisión turca anunció que altos mandos militares fueron tomados rehenes en Ankara. Según informes, uno de ellos era el jefe del estado mayor de las fuerzas militares, general Hulusi Akar, cuyo paradero sigue siendo desconocido.
Entre tanto el secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, dio una declaración desde Moscú diciendo que esperaba que hubiera paz y continuidad en Turquía.
Junto a Kerry, el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, dijo que “es necesario evitar cualquier enfrentamiento cruento y resolver los problemas por conductos constitucionales”.
Y un portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, pidió que se volviera al “camino de la estabilidad y el orden” en Turquía.
El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, llamó a la calma.
“El secretario general está siguiendo de cerca los acontecimientos de Turquía”, informó un portavoz de la ONU, Farhan Haq.
“Naciones Unidas busca aclarar la situación en el terreno y llama a la calma”, añadió.
Además de hacer unas declaraciones similares y pedir “un respeto total para las instituciones democráticas de Turquía”, el secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Jens Stoltenberg, recordó que Ankara es “un valioso aliado”.
Lo es sobre todo contra el gobierno del presidente Bashar al Asad en Siria y en el combate al grupo autodenominado Estado Islámico, ya que permite a la coalición internacional liderada por Estados Unidos su base de Incirlik para sus incursiones contra los yihadistas en Irak y Siria.
Por su parte, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, dijo que las tensiones en Turquía no se pueden resolver con armas.
Y agregó que la Unión Europea apoya totalmente al gobierno democráticamente electo del país, algo en lo que también insistió la canciller alemana Angela Merkel.
En unas palabras similares a las utilizadas por Erdogan, Qatar, la monarquía absoluta bañada por las aguas del Golfo Pérsico y aliado de Turquía, también denunció el “intento de golpe de Estado”.
“Pagarán el precio más alto”
El primer ministro turco dijo que las fuerzas de seguridad habían sido llamadas para manejar la situación y que “nada podrá perjudicar la democracia turca”.
“Estamos analizando la posibilidad de una intentona. No permitiremos esto”, dijo Yildirim, sin ofrecer más detalles.
“Aquellos que participen de este acto ilegal pagarán el precio más alto“, añadió.
Comments