La organización de ayuda Médicos Sin Fronteras (MSF) condenó “en los términos más enérgicos posibles” lo que llamó “el horrífico bombardeo” de su hospital en la ciudad afgana de Kunduz.
MSF confirmó que 12 miembros de su personal y siete pacientes, entre ellos tres niños, murieron en el ataque.
La ONU también condenó el ataque. Dijo que era un acto “inexcusable” y “posiblemente un crimen”.
Fuerzas de Estados Unidos estaban llevando a cabo incursiones aéreas en la zona en el momento de los hechos.
El presidente de Afganistán indicó que la fuerza de la OTAN en su país se había disculpado por el bombardeo en el hospital y que la alianza admitió que sus fuerzas atacaron las instalaciones.
MSF afirma que los ataques aéreos contra el centro médico continuaron durante más de 30 minutos después de que se dio a conocer tanto a las autoridades afganas como a Estados Unidos la ubicación del hospital.
Se informa que hay al menos 37 heridos de gravedad, 19 de ellos miembros del personal de MSF.
En el momento de ataque estaban unos 100 pacientes internados en el centro médico.
MSF indica que aún hay muchos pacientes y personal desaparecidos.
MSF afirma que todas las partes involucradas en el conflicto, incluidos Kabul y Washington, tenían conocimiento preciso de las coordenadas de GPS del hospital en Kunduz.
El secretario de Defensa de EE.UU., Ash Carter, llamó el ataque un “incidente trágico en un área de intensos combates” y señaló que se estaba llevando a cabo una investigación.
Anteriormente el coronel Brian Tribus, portavoz de la coalición liderada por la OTAN, firma un comunicado en el que asegura que el ataque aéreo, llevado a cabo por aviones estadounidenses durante la madrugada, “pudo haber” alcanzado el hospital de MSF en Kunduz.
“El ataque pudo haber ocasionado daños colaterales en una instalación médica cercana. Se está investigando”.
Condena
Tal como informa el corresponsal de la BBC en el sur de Asia, Charles Haviland, tanto la misión de la ONU como el Comité Internacional de la Cruz Roja en Afganistán han condenado enérgicamente el ataque al hospital de Kunduz.
“La condena no sorprende” dice el corresponsal. “Las leyes humanitarias internacionales prohiben cualquier ataque contra pacientes y personal médico y, de hecho, cualquier ataque contra instalaciones médicas, que son zonas que deben ser respetadas bajo las leyes de guerra”.
“Bajo las regulaciones establecidas por la Corte Penal Internacional, es probable que un ataque de este tipo resulte en un alto número de víctimas civiles, es lo que se llama la regla de la proporcionalidad”, dice Haviland.
Expertos en leyes humanitarias internacionales aseguran que ésta no es la primera vez que se viola esta regla en Afganistán.
Unos 1.800 civiles han muerto en 14 años de guerra en este país.
Pero tal como afirma Charles Haviland, “debido a las implicaciones a largo plazo en la asistencia médica, este ataque contra el hospital de MSF, tal como lo expresó un funcionario de la Cruz Roja Internacional, es particularmente grave”.
Ofensiva
Kunduz, al norte de Afganistán, fue tomada a principios de la semana por el Talibán.
Las fuerzas afganas, apoyadas por la OTAN, lanzaron una ofensiva para recuperarla.
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Y el ataque de este sábado sería parte de esa ofensiva.
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