La organización de ayuda Médicos Sin Fronteras (MSF) exige una investigación independiente sobre el “horrorífico bombardeo” de su hospital para “asegurar la máxima transparencia” y una “completa rendición de cuentas” de las actividades aéreas en la ciudad afgana de Kunduz.
MSF condenó, además, “en los términos más enérgicos posibles” el sorpresivo ataque de la noche de la madrugada del sábado.
MSF confirmó que 12 miembros de su personal y siete pacientes, entre ellos tres niños, murieron debido al bombardeo.
Naciones Unidas también condenó el ataque. Dijo que era un acto “inexcusable” y “posiblemente un crimen de guerra”.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, pidió una “investigación imparcial” de los hechos.
Se conoce que fuerzas de Estados Unidos estaban llevando a cabo incursiones aéreas en la zona en el momento de los hechos.
Los presidentes
A través de una declaración de la Casa Blanca, el presidente estadounidense, Barack Obama, envió sus condolencias a los médicos y civiles que fallecieron en el ataque y a sus familiares.
El dignatario indicó que solicitó toda la información respecto a lo sucedido al departamento de Defensa de Estados Unidos.
Obama señaló que esperará los resultados de la investigació antes de “hacer un juicio definitivo sobre las circunstancias de esta tragedia”.
Mientras tando, el mandatario de Afganistán, Ashraf Ghani Ahmadzai, indicó que la representación de la OTAN en su país ya se disculpó por el bombardeo en el hospital y que la alianza admitió que sus fuerzas atacaron las instalaciones.
MSF afirma que los ataques aéreos contra el centro médico continuaron durante más de 30 minutos después de que se dio a conocer tanto a las autoridades afganas como a Estados Unidos la ubicación del hospital.
Se informa que hay al menos 37 heridos de gravedad, 19 de ellos miembros del personal de MSF.
En el momento de ataque estaban unos 100 pacientes internados en el centro médico.
MSF indica que aún hay muchos pacientes y personal desaparecidos.
MSF afirma que todas las partes involucradas en el conflicto, incluidos Kabul y Washington, tenían conocimiento preciso de las coordenadas de GPS del hospital en Kunduz.
El secretario de Defensa de EE.UU., Ash Carter, llamó el ataque un “incidente trágico en un área de intensos combates”.
Carter dijo que no podía dar detalles del incidente, pero indicó que se llevará a cabo “una investigación completa” en colaboración con las autoridades afganas para averiguarlo.
Anteriormente el coronel Brian Tribus, portavoz de la coalición liderada por la OTAN, firma un comunicado en el que asegura que el ataque aéreo, llevado a cabo por aviones estadounidenses durante la madrugada, “pudo haber” alcanzado el hospital de MSF en Kunduz.
“El ataque pudo haber ocasionado daños colaterales en una instalación médica cercana. Se está investigando”.
Condena
Tal como informa el corresponsal de la BBC en el sur de Asia, Charles Haviland, tanto la misión de la ONU como el Comité Internacional de la Cruz Roja en Afganistán han condenado enérgicamente el ataque al hospital de Kunduz.
“La condena no sorprende” dice el corresponsal. “Las leyes humanitarias internacionales prohiben cualquier ataque contra pacientes y personal médico y, de hecho, cualquier ataque contra instalaciones médicas, que son zonas que deben ser respetadas bajo las leyes de guerra”.
“Bajo las regulaciones establecidas por la Corte Penal Internacional, es probable que un ataque de este tipo resulte en un alto número de víctimas civiles, es lo que se llama la regla de la proporcionalidad”, dice Haviland.
Expertos en leyes humanitarias internacionales aseguran que ésta no es la primera vez que se viola esta regla en Afganistán.
Unos 1.800 civiles han muerto en 14 años de guerra en este país.
Pero tal como afirma Charles Haviland, “debido a las implicaciones a largo plazo en la asistencia médica, este ataque contra el hospital de MSF, tal como lo expresó un funcionario de la Cruz Roja Internacional, es particularmente grave”.
Ofensiva
Kunduz, al norte de Afganistán, fue tomada a principios de la semana por el Talibán.
Las fuerzas afganas, apoyadas por la OTAN, lanzaron una ofensiva para recuperarla.
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Y el ataque de este sábado sería parte de esa ofensiva.
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