“Yo sé de, por lo menos, un compañero de camada de Macri que sabía lo que pasaba en el colegio”. Rufino Varela (52) lo dice claro. El ex alumno del Colegio Cardenal Newman que denunció públicamente haber sido víctima de abuso por un capellán de la institución en la década del ’70, asegura que todos los estudiantes que pasaron por aquellas aulas entre los años 1974 a 1981, al menos, debían intuir que algo sucedía. “Pero muchos elegían, y siguen eligiendo, no ver”, dice a NOTICIAS el egresado de la camada ‘82.
La denuncia de Varela motivó una intervención del Papa –quien lo llamó por teléfono para solidarizarse con él–, un pedido de disculpas público de la congregación que fundó el colegio Christians Brothers y la apertura de una investigación por parte de las actuales autoridades del colegio (no religiosas) que ya recibieron a cinco nuevos testimonios de víctimas. NOTICIAS, por su parte, encontró un testigo que afirma haber sido expulsado de la institución, en 1964, por denunciar abusos.
Rufino Varela se animó a romper el silencio en el 2015 y aunque por el momento es el único ex Newman que hizo público su calvario. Su ejemplo sirvió para que muchos otros comenzaran a contar sus verdades. “Tengo registrados otros 22 casos como el mío, y sólo son de aquellos que se animan a hablar. Hay muchos otros que prefieren guardar silencio porque lo minimizan, prefieren olvidarlo o aún tienen vergüenza de contarlo”, asegura.
En base a los datos y testimonios recabados, Varela afirma que en la mayoría de los casos el responsable de perpetrar el abuso era el capellán Finnlugh Mac Conastair, conocido en el Newman como “padre Alfredo” (murió en 1997). Pero además, según la historia que pudo reconstruir, las víctimas de esos abusos de los que él tiene constancia tienen hoy entre 50 y 60 años. “La mayoría de los hechos que conozco ocurrieron en la década del ‘70”, dice Varela.
Mauricio Macri era alumno del prestigioso colegio de hombres en el mismo momento en que Varela dice que, dentro del Newman, se producían hechos aberrantes. El Presidente egresó del colegio bilingüe en 1976. Y no sólo Macri se formó en esta escuela, sino que muchos de sus amigos que hoy ocupan puestos jerárquicos del Gobierno también estudiaban en esas aulas. Pablo Clusellas (secretario Legal y Técnico); José Torello (jefe de asesores) y hasta el ex ministro de Hacienda Alfonso Prat-Gay son algunos de los funcionarios que concurrían al Newman en el mismo momento en que, según Varela, el padre Alfredo abusaba de otros niños. Así, mientras en las aulas se formaba a los jóvenes que cuarenta años después tendrían en sus manos las riendas del país, en una habitación debajo de la capilla del Colegio, el cuarto del Capellán, se reiteraban los abusos sexuales.
Historia dramática
Según el relato de Varela, él fue abusado un mediodía de 1977 dentro del colegio. Para esa época, Varela era víctima de abuso por parte del casero de su familia y fue a confesarse con el padre Alfredo. Al enterarse, en secreto de confesión, de las aberraciones que sufría en su casa, el religioso lo llevó a su habitación debajo de la Capilla donde lo obligó a desnudarse, lo azotó y lo manoseó. “Contame lo que te hicieron”, dice Rufino que le repetía el cura mientras lo masturbaba. Después le dio un caramelo y lo despidió. El niño tenía 12 años y guardó silencio por casi cuatro décadas.
A pesar de que Varela nunca quiso realizar una denuncia formal ante la Justicia, los hechos parecen darle la razón. En primer término fueron los propios Christians Brothers, congregación católica irlandesa que creó el colegio en 1948 y lo controló hasta la década del ’90, quienes se disculparon por los hechos que sucedieron dentro de la escuela. El pasado 10 de abril, en una carta pública, Hugo Cáceres, superior regional de la congregación de los Christians Brothers de América latina, pidió perdón a “todas las víctimas” del colegio, dando por hecho que Varela no había sido el único. A esto se sumó un llamado del propio Papa Francisco al celular de la víctima.
Tras tomar estado público esta situación, otros ex alumnos contaron su historia aunque no trascendió su identidad. Desde que el caso de Rufino Varela tomó estado público, las autoridades del colegio decidieron hacerse cargo de la situación. Mantuvieron reuniones con Varela y formaron una comisión para escuchar y contener a quienes lo necesitaran. “Lo primero que se hizo fue enviar un mail a cada uno de los egresados para decirles que acá estamos. Queremos saber si hubo otros casos. Ocultar y silenciar lo que pasó es más dañino que sacarlo afuera”, dicen desde el colegio que, en la actualidad, es dirigido por una asociación civil de padres.
La comisión tiene dos psicólogos a disposición de cualquier ex alumno que requiera apoyo. Ni bien se creó, se le envió un mail a todos los egresados ofreciéndoles la posibilidad de acercarse al Newman y contar si alguna vez habían vivido situaciones como las que describió Rufino. Hasta el momento se acercaron cinco hombres a contar que también sufrieron abusos en su paso por el colegio.
El escándalo siguió escalando y ahora llegó a Irlanda. Según Varela, la Oficina de Servicios de Protección de la Guardia Cívica (GNPSB, por su sigla en inglés) le envió un mail en el que le informa que el agente Jonathan Hayes de la oficina de minoridad (TUSLA) abrió una investigación para conocer la responsabilidad de la congregación, tanto en los abusos como en el encubrimiento.
“Ellos están investigando los abusos cometidos por la congregación en todo el mundo e incorporaron mi testimonio a sus informes”, explica Varela. En efecto, en la investigación a la que hace alusión Varela se pudo comprobar más de 400 casos de abusos perpetrados por integrantes de la congregación en aquel país. Otros 250 casos fueron descubiertos en Australia. “Me dejaron claro que ellos no pueden hacer nada acá porque eso corre por cuenta de la Justicia argentina, pero querían cumplir con informar que John Burke vive allí en Irlanda”, afirma Varela. Se trata del ex director del cardenal Newman a cargo de la institución en el período de tiempo cuestionado.
Desde el colegio insisten con que la intervención de la Justicia irlandesa es relativa: “Hay un sargento que se interesó en la historia de Varela pero no hay ninguna denuncia formal contra Burke”, subrayan.
“Burke sabía lo que pasaba dentro del colegio”, asegura Varela. Para él, el padre Alfredo habría contado con la protección y el encubrimiento del ex director, quien contactó al padre de Rufino, el abogado Florencio Varela y entonces secretario de Minoridad y Familia de la Nación, para ver de qué manera resolver el asunto de los abusos ni bien tomó conocimiento.
Para Varela hijo, que haya buscado asesoramiento legal “confirmar ía que Burke siempre estuvo al tanto de lo que sucedía” y afirma que no habría hecho nada al respecto. Sin embargo, para los defensores de Burke, esto sólo reafirma el compromiso del religioso: “Ni bien se enteró expulsó al padre Alfredo. Se debería haber hecho la denuncia también, pero eso lo decimos con los ojos de hoy. Por suerte el mundo cambió y hoy estos casos van a la Justicia y no sólo se resuelven hacia el interior de las instituciones”, subrayó alguien cercano a Burke.
Newman boys
Para parte de los egresados del colegio, que quien fuera director de la institución por más de 18 años esté en la mira es una aberración. “Quieren desprestigiar la imagen del colegio”, se enojan.
“Ellos no quieren ver la realidad. Piensan que todo esto es por alguna clase de animosidad contra el colegio y no es así. Yo sólo quiero contar mi verdad y ayudar a que otros también puedan hacerlo”, resalta Varela. Es que la cofradía Newman está en alerta. Así los ex alumnos crearon su propia grieta. “Hay algunos que aún hoy siguen negando los abusos que tanto el propio colegio como la congregación de los Christians Brothers reconocieron. Es de no creer: la congregación dice que sí, pero ellos insisten en decir que son sólo ataques a la escuela”, describe el ex alumno.
Entre aquellos que siguen defendiendo a capa y espada el estandarte del colegio, Varela ubica a todos los ex alumnos que hoy llegaron al poder de la mano de Macri. “Nunca intenté hablar con ellos de esto porque sería gastar pólvora en chimangos. Ellos forman parte de este pensamiento corporativo de defender al colegio por sobre todo lo demás, aún cuando el propio colegio reconoce lo que sucedió”, explica la víctima, quien rápidamente aclara que no tiene relación con ninguno de ellos y que no sabe si alguno supo de estos abusos hasta que se hicieron públicos.
Según pudo saber NOTICIAS, que las denuncias tomaran estado público fue un cimbronazo para los Newman boys. “Están todos alterados”, grafica sin lugar a dobles interpretaciones un habitué de las cenas de fin de año del colegio, quien además agrega que, entre varios de los ex alumnos, comenzó a tomar forma la idea de que estas acusaciones se deben a la proximidad de las Primarias Abiertas Simultáneas Obligatorias (PASO) y no serían otra cosa que parte de una campaña sucia. Varela se defiende de esta acusación: “Yo hice pública mi historia antes de que Macri sea Presidente. Si a ellos les conviene instalar esa idea es otra cosa. Pero los abusados no son de izquierda ni de derecha, son víctimas”, afirma.
NOTICIAS intentó comunicarse con los actuales funcionarios que egresaron del colegio y que tienen entre “50 y 60 años”, según la franja etaria descripta por Varela. Ninguno aceptó contestar preguntas. “Estamos a mil con muchos temas, no creo que sea un hecho como para que hable sólo por ser ex alumno”, se excusó el vocero de uno de ellos. “La verdad no tiene mucho que aportar”, explicó el vocero de otro. Sólo uno de los Newmans boys que hoy rodean a Macri aceptó hablar con NOTICIAS, pero en estricto off the record. “Es un tema delicado, sensible y triste. Espero que averigüen. El colegio ya pidió disculpas por lo que pudo haber sucedido”, se apuró a declarar este funcionario, quien agregó que nunca había escuchado de ningún hecho parecido ni como alumno ni luego de egresar. Este ex alumno de la institución catalogó a Burke como “un capo” y opinó que era imposible que el ex director hubiera encubierto casos de abuso sexual.
“No quieren ver lo evidente. Se quedan con la imagen de Burke que ellos quieren y no se permiten otra cosa”, explica Varela y agrega un ejemplo demoledor: “Yo conocí a Alejandro Puccio y también era un copado. Pero después tenía otra cara”, dice.
Incluso, parte de las autoridades actuales del Newman reconocen que para un sector de los ex alumnos, hablar mal de la institución es impensado: “La institución se hace cargo de todo, no niega nada. Pero sabemos que para muchos, hablar mal del Newman es como hablar mal de la madre. No lo toleran”, aseguran.
La reticencia de algunos sectores a reconocer que Burke haya encubierto al padre Alfredo y a otros brothers, puede explicarse en que el ex director sigue siendo parte importante de la comunidad Newman, en especial, para los ex alumnos. El irlandés vino a Argentina para estar presente en la cena de camaradería de octubre de 2016, a la que asistió Macri después de muchos años. En efecto, el religioso fue uno de los primeros en saludar al Presidente cuando este ingreso al recinto. Además, fue el encargado de pronunciar el discurso final del acto, luego de las alocuciones del propio Macri y de otro ex alumno, el ministro de Trabajo Jorge Triaca, quien fue destacado como “ex alumno distinguido”.
Especial
El Colegio Cardenal Newman fue creado por y para la elite. La vida dentro de las paredes de la escuela no era fácil. Si hasta el propio Mauricio Macri aceptó que sus años como Newman boy no fueron fáciles. Según explica Laura Di Marco en su libro “M”, los curas golpeaban a Macri como un método de educarlo. A eso se sumaba el bullying que sufría el Presidente por no ser patricio: “La pasó mal por el bullying que le hacían sus compañeros por ser, apenas, un “tanito” con plata”, describe la autora.
El Presidente nunca encajó del todo en el prototipo que buscaban moldear los Christians Brothers y quizá por eso, más allá de las amistades, no guarda gran cariño por su colegio como muchos otros ex alumnos.
Sin embargo, la importancia de este colegio y su educación en el actual Gobierno no puede ser desdeñada. Muchos funcionarios son egresados de ese colegio. Hoy en el Newman se habla de otra cosa. Y los Newman boys cierran filas para defenderlo. “No estoy atacando a nadie, ni al Gobierno ni a Macri, sólo quiero que se sepa la realidad”, finaliza Varela.