Nuestro objetivo es construir el periódico personalizado perfecto para cada persona del mundo”, declaró Mark Zuckerberg de Facebook en 2014. Ese diario “te mostrará las cosas que van a interesarte más”.
Para muchos, esa declaración explica perfectamente por qué Facebook es una fuente de noticias tan espantosa.
Una “noticia falsa” que aseguraba que el Papa Francisco respaldaba a Donald Trump fue, según un análisis de BuzzFeed, el artículo noticioso de más leído en Facebook durante los tres meses previos a las elecciones estadounidenses. Si eso es lo que los algoritmos del sitio determinan que es interesante, está lejos de ser un “diario perfecto”.
No es de extrañar que Zuckerberg se encontrara a la defensiva tras la victoria electoral de Trump. Poco después de su triunfo, Zuckerberg declaró: “Creo que la idea de que las noticias falsas en Facebook influyeron en las elecciones de cualquier manera . . . es una idea bastante descabellada’. Su comentario fue recibido con una despectiva reacción.
Creo que aquí debería confesar mis prejuicios. Desprecio a Facebook por todas las razones por las que la gente suele despreciar a Facebook (la privacidad, el poder de mercado, la distracción, las interacciones sociales con falsas sonrisas y lo demás).
Pero, a pesar de eso, voy a defender a Zuckerberg, que recientemente publicó un ensayo de 5.700 palabras en defensa de los medios sociales. Lo que él señala parece estar equivocado. Pero los datos sugieren que tiene razón. Las noticias falsas pueden alimentar incidentes aislados de odio y de violencia. Pero ni las noticias falsas ni la “burbuja de filtros” impulsada por los algoritmos representan una fuerza importante en el panorama general de los medios de comunicación. Todavía no.
“Noticia falsa” es una frase que ya se ha degenerado’. Una definición de noticia falsa es un informe completamente fabricado que se presenta como un artículo noticioso. Esto excluye las coberturas sesgadas, la sátira y las mentiras de los políticos mismos.
A primera vista, esos engaños parecen estar presentes en todo Facebook. El análisis de BuzzFeed descubrió que los cinco artículos falsos más populares fueron más exitosos que los cinco artículos verdaderos más populares.
Pero las historias falsas son menos significativas de lo que este análisis indica, en parte porque Facebook no es la principal fuente de noticias para los estadounidenses (la cual sigue siendo los noticieros de televisión), y en parte porque en general las informaciones verdaderas generalmente aparecen de alguna forma en decenas de medios, lo cual reducirá la popularidad de cualquier versión. Cada engaño, sin embargo, es único. No es de extrañar que las noticias falsas más populares superen a los informes verdaderos más populares.
En enero de 2017, los economistas Hunt Allcott y Matthew Gentzkow publicaron una investigación que exactamente estudiaba qué tan predominantes habían sido los informes falsos antes de las elecciones. Su ingenioso método evaluaba el recuerdo que tenía la gente de las noticias falsas, en comparación con las historias verdaderas y las historias ‘placebo’ (falsas noticias falsas) inventadas por los investigadores. La gente no recordaba muchos artículos de noticias falsas, y dijeron recordar bastantes placebos. En general, no parecía haber suficientes noticias falsas para influir en el resultado de las elecciones, a menos que fuera realmente potente, incluso en pequeñas dosis.
“El votante promedio vio una noticia falsa antes de las elecciones”, me comentó Gentzkow. “Ese número representa una imagen muy diferente de la que se podría obtener observando la discusión pública”.
Preocupa más que Facebook -y su algoritmo “más interesante para vos”- simplemente ofrece noticias que están en línea con los prejuicios ideológicos de cada usuario. Es indudablemente cierto que nos rodeamos de personas que están de acuerdo con nosotros en las redes sociales. Pero no está claro que el algoritmo de Facebook sea el mayor problema en estos casos. Twitter estaba políticamente polarizada incluso durante los días en que no usaba ningún algoritmo en absoluto. Y los periódicos también tienen sesgos ideológicos.
Un reciente estudio de la lectura online de noticias fue realizado por Seth Flaxman, Sharad Goel y Justin Rao, que tenían acceso a los datos del navegador de Microsoft y los utilizaron para analizar cómo la gente consumía noticias online. Descubrieron una situación mixta: las redes sociales parecían promover historias que estaban más lejos del centro del espectro político, pero también exponían a las personas a una mayor variedad de puntos de vista ideológicos. Eso tiene sentido. Leer el mismo diario todos los días también representa una burbuja de filtros.
Gentzkow estudió el contraste entre las noticias online y offline usando datos de 2004-2009 trabajando con su colega economista Jesse Shapiro. Encontraron poca evidencia de que el consumo de noticias online estuviera más polarizado que los medios tradicionales. Pero las cosas están cambiando rápidamente. “Mi suposición es que la separación es notable y significativamente mayor que en el pasado”, comentó Gentzkow, “pero sigue siendo bastante modesta”.
Éste parece ser un momento importante. Las noticias falsas no son predominantes, pero podrían llegar a serlo. Las burbujas de filtros probablemente no sean peores de lo que han sido durante décadas, pero eso también podría cambiar rápidamente.
“En última instancia mucho depende de cuáles son las motivaciones de los votantes estadounidenses”, declaró Gentzkow. “¿A la gente realmente le importa saber la verdad y recibir información correcta?”. Él tiene la esperanza de que, en el fondo, la gente ve y lee las noticias porque quiere aprender sobre el mundo. Pero si lo que los votantes realmente quieren es que les mientan, entonces Facebook es el menor de nuestros problemas.