Un mullah dispuesto a lanzar una operación militar contra las mujeres en vaqueros, yihadistas del ISIS “no circuncidados” y un ataque de gambas indias contra un restaurante en Karachi. En Pakistán, la exitosa página web “Khabaristan Times” utiliza la sátira para exponer las obsesiones de una nación.
Hace un año, el 14 de agosto de 2014, Pakistán estaba en plena ebullición política. Los opositores Imran Khan y Tahir ul Qadri movilizaban a sus partidarios en una acampada gigante en Islamabad para reclamar, en vano, la renuncia del primer ministro Nawaz Sharif. En ese momento, un ovni mediático nacía en el más completo anonimato. Khabaristan Times, página web similar a la española El Mundo Today, y cuyos autores se inspiran en el presentador Jon Stewart, quien puso fin a la semana pasada a su irreverente “Daily Show” tras 15 años de emisión en Estados Unidos.
“¡Jon Stewart! Lloré en su último programa. Dije: ‘Nooooooooooo’ Tiene tanto talento, cómo no dejarse influenciar por este tipo”, subraya la sonriente Luavut Zahid, de 28 años y cofundadora de Khabaristan Times.
El nombre del sitio web es un juego de palabras con “Khabar” (‘informaciones”, en urdu) y “Stan” de Pakistán.
Para leer el Khabaristan Times hay que estar informados. “Si no siguen la actualidad diaria, no pueden comprender ni la mitad de lo que Jon Stewart dice y tampoco la mitad de lo que nosotros publicamos“, señala el también cofundador Kunwar Khuldune Shahid.
A pesar de tratarse de noticias claramente satíricas para un paquistaní con cierto sentido del humor, medios indios y británicos reprodujeron la primavera pasada una información de Khabaristan Times como si fuera “real”.
El artículo tomaba una presunta declaración del jefe de uno de los principales partidos islamistas del país, el mullah Fazlur Rehman, instando a una intervención militar contra “las mujeres con vaqueros”, calificadas como el “peor enemigo” de Pakistán, al ser las responsables de “sismos”, de la “inflación” y de atentados.
La “noticia” se volvió viral, ante la gran estupefacción del pequeño equipo de Khabaristan Times. “Varios occidentales escribieron en nuestra página: ‘No sabíamos que era sátira, porque no estaba escrito’ (…) ¡Pensaban que todo era verdad!”, recuerda Luavut.
Con estas informaciones jugosas, pero inventadas, el Khabaristan utiliza el humor absurdo para exponer las conspiraciones y las obsesiones del país.
Por ejemplo, el titular “Pakistán no tolerará ningún drone no estadounidense” se mofaba de las ambigüedades de Islamabad sobre los ataques estadounidenses contra los talibán y otros grupos, que denuncia en público pero que favorece en privado.
Pero, ¿de qué y de quién se puede uno burlar en el país de la ley contra la blasfemia y del poderoso ejército? ¿Y por qué? Si Pakistán cuenta con una larga y rica tradición de caricaturistas, la sátira escrita es más reciente, pero muy viva pese a las conservadoras leyes.
En Pakistán, país con un 20% de sus casi 200 millones de habitantes con acceso a internet, la controvertida ley contra la blasfemia prevé hasta la pena de muerte para cualquiera que profane al profeta Mahoma.
Y, aunque la Constitución garantiza la libertad de expresión, también impone restricciones cuando se trata de “la gloria del islam” y de la “defensa” del país.
“El aparato militar sabe lo que hacemos (…) Quizás no le gusta, pero también sabe que no es serio“, subraya Kunwar.
Con todo, el Khabaristan critica con ironía a políticos, mullahs, a la religión, ateos de pacotilla e incluso al ejército. “Para cambiar algo, deben poder criticarse ustedes mismos, su país, sus líderes”, apunta Kunwar.
En el apartado “blasfemia”, el Khabaristan anunció, por ejemplo, que un líder del partido islamista local había elogiado al papa Francisco por sus declaraciones contra la blasfemia, tras el atentado en enero contra el semanario satírico francés Charlie Hebdo, al calificarlo del “mejor de los ‘kafirs'” (infieles).
“Nos imponemos límites, especialmente en los temas religiosos”, admite Kunwar. “Pero algunos piensan que ya vamos muy lejos”.
Las amenazas son por el momento virtuales. “Hemos leído que debían colgarnos (…) Pero sabemos que no van a pasar a la acción”, confía Luavut.
Por el momento, el éxito parece prometedor. En un año, el sitio ha pasado de 400 lectores mensuales a más de 100.000 actualmente.
Para Luavut, este humor es hoy día más necesario que nunca para animar el asfixiante día a día paquistaní. “En un país como el nuestro, todos necesitamos darnos un respiro de las verdaderas noticias”.
(Fuente: AFP)