Malas noticias para el presidente Mariano Rajoy desde la celebración de la protesta en modo consulta que tiene lugar hoy en Cataluña. Además de la asistencia masiva, lo que sorprende es que el NO también se ha movilizado y está acudiendo a votar. En este sentido la prohibición del Tribunal Constitucional (TC) parece haber tenido un efecto contraproducente. No hay nada como prohibir algo para que esto sea todavía más tentador.
“La mejor noticia para nosotros sería que el NO también participase”, ha valorado el secretario general de la Generalitat, Jordi Vilajoana, desde el colegio electoral de Sarriá al que ha acudido a votar. “Cien mil noes o más sería lo mejor para nosotros”, señala este alto cargo y persona muy próxima al presidente catalán Artur Mas.
La prueba de lo que explica se encuentra en la misma cola del Polideportivo Lasalle, en el barrio de Sarrià de Barcelona. La cola da la vuelta a la manzana y en ella espera tranquilo, Alfred Pastor. Pastor, economista, profesor del IESE y antiguo secretario de Estado de Economía con los socialistas, sería la última persona que uno esperaría ver en la cola, ya que desde sus artículos en La Vanguardia ha advertido por activa y por pasiva de los problemas económicos que acarrearía la independencia.
Artur Mas, depositando su voto al mediodía en Barcelona. (Reuters)
“Yo siempre he defendido que tenía que hacerse una consulta. Debería haberse hecho hace dos años. Sé que no tiene validez jurídica pero es un acto cívico de protesta”, valora este economista justo antes de votar.
Alex, un joven padre, explica en la misma cola que después de votar irá a comer con sus hijos a casa de su madre, como otro domingo cualquiera. Como en otros barrios de Barcelona, por ejemplo, Les Corts, en este colegio de Sarrià, quizás el barrio menos independentista de Barcelona, las colas están durando una media de 15 minutos.
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En este punto electoral con ilustres votantes el que tenían más morbo era Oleguer Pujol, el hijo de Jordi Pujol, que ya era independentista en 1992, cuando participó en algún acto de protesta sonado en las Olimpiadas. Pero Oleger, actualmente investigado por sus operaciones inmobiliarias, a las 11,00 h.. todavía no había acudido a votar.
Las clases populares
Lejos de Sarrià la situación no era muy diferente. Diego vive en Cornellà, habla en castellano y va a ir a votar esta tarde. Explica que “mis padres son andaluces y voy a votar ‘SÍ’ porque cuando hace dos años vi que nos prohibían votar me di cuenta que esto no podía ser. ¿Qué va a ser lo siguiente? Mis padres viven en Tarragona y no quieren ir a votar. Pero yo les he dicho que vayan. Que voten ‘NO’, si quieren, pero que vayan“.
En L’Hospitalet de Llobregat, tradicional feudo socialista metropolitana, las colas para votar eran enormes esta mañana. Más que en Les Corts, donde la media de cola era de cuarto de hora y donde también había votantes de ‘NO’ y del ‘SÍ-NO’ participando.
Carod-Rovira deposita su papeleta en el Instituto Pons d’Icart en Tarragona. (Efe)
El ‘NO’ legitimador
A pesar de la campaña por el ‘SÍ’ y que el resultado en una consulta sin validez legal y nada vinculante es mucho menos importante que la participación, lo que legitima el proceso en que se ha embarcado el soberanismo es más el ‘NO’, que el ‘SÍ’. Paradójicamente, un resultado a la búlgara con más de un 90% de síes favorecería a Rajoy. En cambio, si el resultado está mucho más repartido, es Mas quien se refuerza políticamente.
Está previsto que la vicepresidenta Joana Ortega ofrezca datos definitivos de participación sobre las 22,30 h. de hoy. Los resultados propiamente dichos se sabrán mañana. Pero para entonces la ANC y ERC ya estarán usando la afluencia masiva a las urnas para exigir elecciones anticipadas, según apuntan diversas fuentes políticas. Y el debate ya será otro. Uno de los signos de identidad de lo que los independentistas denominan el “proceso” es que se queman etapas con una gran facilidad.