Grupos pro rusos continúan tomando instalaciones gubernamentales en el este de Ucrania ignorando el plazo impuesto por Kiev para que abandonaran las tomas.
Los activistas atacaron este lunes otra oficina gubernamental en la región oriental del país: tomaron la estación de policía en la ciudad de Horlivka. El presidente interino de Ucrania, Oleksander Turchynov, había advertido que lanzaría una acción militar si los activistas no desalojaban los edificios ocupados a las 06:00 GMT de este lunes.
Sin embargo, eso no ocurrió. La bandera rusa seguía flameando sobre varios edificios que han estado ocupados durante dos semanas, entre ellos la estación de policía en Sloviansk.
Tanto Kiev como parte de la comunidad internacional han señalado a Rusia como responsable de la toma de sedes gubernamentales.
En una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que se realizó en la noche del domingo en la sede del organismo en Nueva York, el embajador ucraniano, Yuriv Sergeyev, afirmó que su país no va “a dejar que el escenario de Crimea se repita en el este de Ucrania”.
Sin embargo, también en la ONU, Rusia instó a Kiev a no utilizar la fuerza contra los manifestantes en el este de Ucrania.
El sábado, hombres armados identificados como activistas prorrusos se apoderaron de estaciones de policía y edificios gubernamentales en Sloviansk y otras ciudades del este ucraniano, como Kramatorsk y Druzhkovka, lo que llevó al presidente interino a lanzar un ultimátum y advertir que desalojará por la fuerza a los ocupantes si estos no se han retirado para la mañana del lunes.
En marzo pasado, la península de Crimea se separó de Ucrania y fue anexada por Rusia, tras un referendo que fue realizado bajo la ocupación de fuerzas armadas que el gobierno ucraniano vinculó al Kremlim.
En la décima reunión sobre la crisis ucraniana que tiene el Consejo desde que a mediados de febrero la oposición sacó del poder al gobierno proclive a Moscú, el embajador de Rusia, Vitaly Churkin, acusó a Ucrania de estar “librando una guerra contra su propio pueblo”.
En círculos diplomáticos, algunos aseguran que el accionar de estos grupos afines a Moscú recuerda la escalada que se vivió en la península de Crimea por la que el gobierno de Vladimir Putin ha sido condenado y sancionado por los gobiernos de EE.UU. y de la Unión Europea.
Guerra contra su pueblo
Algunos ven una repetición de la experiencia de Crimea.
Sergeyev aseguró que es Moscú el que está creando una “situación artificial” en la región con la finalidad de debilitar a su país.
“Hay numerosa evidencia en video de ataques armados contra estaciones de policía ucranianas, en Slovanks y Kramatorsk particularmente (…) Esos videos no dejan absolutamente ninguna duda de que los grupos terroristas no son los pacíficos manifestantes como nuestros colegas rusos tratan de presentarlos, sino fuerzas armadas especiales profesionales, apropiadamente equipadas y armadas por la Federación Rusa”.
Sergeyev ratificó la advertencia de que se realizará una “operación de contraterrorismo a gran escala que involucrará las unidas especiales de las fuerzas armadas de Ucrania (…)No vamos a dejar que es escenario de Crimea se repita en el este de Ucrania”.
Poco antes el embajador de Rusia ante ONU, Vitaly Churkin, dijo al Consejo de Seguridad que su país está “alarmado” por el anuncio de que desalojará por la fuerza a los ocupantes.
“Es Occidente el que determinará si puede evitarse una guerra civil en Ucrania. Alguna gente, incluyendo este cuerpo, no quieren ver las reales razones de lo que está pasando en Ucrania y quieren ver constantemente la mano de Moscú en lo que sucede”, dijo Churkin.
“La situación es muy peligrosa. Una escalda adicional debe ser rápidamente detenida.La comunidad internacional debe requerir que los secuaces (de la plaza) Maidan que tomaron el poder en Kiev detengan la guerra sobre su propio pueblo”
“Tenemos que entender que el sureste de Ucrania y el pueblo allí está muy preocupado sobre el futuro y no quieren que nadie, especialmente los nacionalistas radicales (ucranianos), que les impongan su voluntad”.
Todos contra Moscú
En algunas ciudades la policía ha logrado evitar que se ocupen edificios públicos.
En la misma sesión de la ONU la embajadora estadounidense ante la ONU, Samatha Powers, aseguró que el gobierno ruso está detrás de la insurrección que se vive en el este ucraniano.
El embajador británico, Mark Lyall Grant, aseguró que hay evidencias de que la violencia en la región está siendo orquestada por el gobierno ruso
“Las imágenes de satélite muestran que hay entre 35.000 y 40.000 tropas en las vecindades de la frontera con Ucrania, equipadas con aviones de combate, tanques, artillería y unidades de soporte logístico”, afirmó el diplomático señalando que el Kremlin ya tiene 25.000 soldados en Crimea.
En ninguno de sus encuentros de emergencia sobre temas ucranianos el Consejo de Seguridad no ha podido adoptar acciones concretas dado el profundo desencuentro de Rusia con EE.UU., Rusia, Gran Bretaña y Francia, junto con China, los cinco que tienen poder de vetar cualquier resolución.
El mes pasado Moscú veto una moción presentada por cancillerías occidentales que condenaba el referéndum sobre la secesión de Crimea que fue realizado cuando la península, entonces ucraniana, estaba siendo ocupada por fuerzas rusas.
El editor de asuntos europeos de la BBC, Gavin Hewitt, asegura que aunque los desarrollos en el este ucraniano podrían recordar lo que sucedió en Crimea, una nueva anexión por parte rusa no es necesariamente lo que esté en marcha.
“El plan ruso parece ser convertir a Ucrania en una federación con gobernadores prorrusos en el este y el sur. No tiene que controlar esas regiones para tener un control efectivo sobre ellas”
“Eso dejaría a Ucrania como un estado quebrado incapaz de acercase a la Unión Europea o la Organización del Tratado del Atlántico Norte, que es precisamente lo que quiere Moscú. Rusia tendría un veto efectivo sobre el futuro del país.
Moscú asegura que Occidente “no comprende” el sentir de la población de la zona.