En septiembre de 2014 la vallecaucana Claudia Castro fue anunciada con bombos y platillos como la nueva cara de Show Caracol. Ella recién era conocida por su aparición en la primera temporada de ‘Colombia’s Next Top Model’, reality del cual resultó finalista.
Con el paso de las semanas la modelo nacida en el municipio de Yumbo, Valle, creía que “todo estaba perfecto” en Noticias Caracol. El informativo mantenía el liderazgo frente a su competencia y su evolución como presentadora “iba cada vez mejor”. Quien más confió en ella fue Luis Carlos Vélez, antes de abandonar la dirección de dicho noticiero.
Con cabello corto, rubio y copete, Claudia y su “buena vibra para todos” pretendían romper el prototipo entre las conductoras de farándula, pero su estilo no habría convencido a su nuevo jefe, Juan Roberto Vargas, quien la semana anterior presentó el nuevo equipo de entretenimiento: Diva Jessurum a la cabeza; las infaltables Pilar Schmitt y Claudia Lozano y tres presentadoras que debutan hoy: Daniela Vega, Daniela Pinedo y Viviana Dávila (caleña). Pero ni Claudia Castro ni Laura Hernández figuraban en la nómina.
Claudia, la exchica Águila, decidió romper su silencio y confesó que sus jefes no le habrían dado la cara para darle una explicación de su despido.
¿Qué pasó con usted en Caracol?
Lo único que sé es que me dieron una carta donde dice ‘Terminación de contrato sin justa causa’.
Así, ¿sin más explicaciones?
¡Nunca! Jamás tuvieron una queja mía, nunca me regañaron, ni me dijeron ‘oiga vea, llegó tarde’, o ‘mire, no está cumpliendo.’ Yo creía que todo estaba perfecto hasta que un día llegué y me dijeron mis compañeras que una señora me estaba buscando, era una de las tantas abogadas del canal Caracol. Me dijo: ‘Clau, hasta hoy trabajas’, me dio la carta y chao.
¿Esa decisión la tomó por sorpresa?
Pues claro, ¡imagínate! Un día te levantas normal para ir a tu trabajo, y de un momento a otro te dicen: ‘hasta hoy trabajas’. Yo quedé como que, “¿Ven acá a uno lo pueden echar así?”. La abogada me respondió que sí, que yo tenía un contrato indefinido y que podían tomar la decisión cuando quisieran. Pregunté por qué no hubo un preaviso, como para que uno se prepare o buscar trabajo. ¡Pero nada! Recibí mi carta, firmé lo que tenía que firmar, entregué el carné y mis otras cosas (discos de grabación y puesto de trabajo), me despedí de quienes me aportaron en Caracol y ya. Trabajé hasta el 4 de marzo.
¿Pudo hablar con Diva Jessurum o con Juan Roberto Vargas? ¿Le dieron alguna razón o mensaje de despedida?
Nunca. Hasta el sol de hoy Juan Roberto no me ha dado una explicación, ni siquiera unas gracias. Yo tampoco los fui a buscar para pedir explicaciones. ¿Para qué? Yo no cometí ningún error. Si no fueron capaces de darme la cara y entregarme la carta de renuncia, es porque ahí venía un mensaje subliminal. Me dolió muchísimo, pero mi Dios sabe cómo hace sus cosas. Caracol fue una gran escuela, conocí personas maravillosas y no te imaginas cuánto aprendí.
¿A qué motivos adjudica usted la decisión de su salida? Muchos dicen que la embarraba mucho al aire…
Para nadie era una mentira que yo no tenía experiencia y que estaba en un proceso de aprendizaje. Nunca lo negué, siempre dije que venía a aprender de los mejores. ¡Pero iba por muy buen camino! Mis compañeros estaban orgullosos, mi familia, mis amigos y la gente en la calle me decía que estaba mejorando, me sentía muy bien. Pero cuando Luis Carlos renuncia, todas las presentadoras nos preguntamos sobre qué iba a pasar con nosotras.
¿Para usted fue una decisión desleal?
No sé ni qué pensar. En ninguna empresa nadie tiene el puesto seguro: hoy te pueden querer, mañana te pueden odiar. Sí duele porque uno es de carne y hueso, pero respeto su decisión. La vida sigue…
¿La falta de preparación o el no haber estudiado periodismo jugó en su contra?
Pero mira que ninguna de las que estábamos ahí era comunicadora social. Solo Siad Char, del resto ninguna. Luis Carlos Vélez no estudió periodismo y llegó a manejar un noticiero y a posicionarlo como número uno.‘Al que le gusta, le sabe’. Este es un trabajo de práctica. Al principio acepto que fui un desastre (risas), pero fui perdiendo el miedo, me fui haciendo más amiga del teleprompter y tuve un apoyo impresionante de mis compañeras Laura, Pilar, Claudia y de los periodistas que están detrás de cámaras.
¿Pensó en estudiar periodismo para perfeccionar sus falencias? ¿Tomó talleres?
No tenía que haberme graduado de periodista para ver mi evolución. Hice un taller de presentación con Diva Jessurum, Ricardo Orrego y Mabel Lara, pero no me quedaba tiempo para más nada. Yo entraba a las 8:00 a.m. y salía a las 8:00 p.m., ¿en qué momento iba a estudiar?
De las presentadoras nuevas, dos son periodistas y otra, diseñadora gráfica y modelo, ¿qué tienen que usted no tenga?
Buscan chicas preparadas, pero Daniela Pinedo es modelo como yo. ¿Entonces? No tienen nada que yo no tenga. A mí me pones en medio de ellas y llamo la atención. Y tampoco voy a caer en el juego de dejarme crecer el pelo para salir en televisión, trabajar más de 12 horas y por un pésimo sueldo.
En sus palabras
“Luis Carlos Vélez me llevó al noticiero porque quería salirse del estereotipo de la presentadora alta, pelo largo y divina, para darle un ‘refresh’ conmigo. Él vio en mí ese talento que otros no vieron. Sacaba tiempo para estudiar conmigo”.
“Juan Roberto Vargas una vez me dijo que quería verme más fresca y juvenil, pero nunca se me acercó para perfeccionar cosas que no le gustaran”.
Un portavoz de Caracol dijo que la salida de Castro y Laura Hernández se debió “a un proceso de reestructuración de Show Caracol”.
“La gente cree que uno por ser presentadora se gana 15 ó 20 ‘palos’. Es falso. En Yumbo creen que soy Sofía Vergara, que soy rica, me piden plata prestada y le dicen a mi mamá que no trabaje, que yo debo mantenerla porque salgo, o más bien salía, en televisión”.
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