Docenas de mujeres y hombres en Hong Kong usaron sujetadores para protestar este fin de semana contra la condena a prisión de una mujer por atacar a un policía de alto rango con su pecho.
Ng Lai-ying, de 30 años, había acusado al inspector en jefe Chan Ka-po de tocar sus senos durante una protesta en marzo.
Pero un tribunal la condenó por haberlos presionado a propósito contra el funcionario policial para poder acusarlo de haberla atacado.
La mujer fue sentenciada el jueves a tres meses y 15 días de prisión.
Alrededor de 200 personas se unieron a la protesta “Caminata por el pecho”, que se celebró afuera de las instalaciones de la policía en Wan Chai, en el norte del territorio administrado por China.
Varios manifestantes vistieron sujetadores, mientras que otros los batían con sus manos mientras gritaban la consigna: el pecho “no es un arma”.
Ng había participado en una protesta en Yuen Long contra los chinos que visitan Hong Kong para comprar productos más económicos y de mejor calidad, un tema controversial de larga data en la antigua colonia británica.
La sentencia es absurda. ¿Cómo los senos pueden ser un arma?
Hong Kong es actualmente una Región Administrativa Especial de la República Popular de China. La región fue entregada a Pekín en 1997 después de que Reino Unido y China firmaron un acuerdo en 1984.
“Culpable”
Ng había dicho que durante los enfrentamientos con la policía, el inspector Chan había intentado agarrar su cartera, pero su mano terminó en su pecho.
La mujer lo acusó de un ataque indecente y el agente la acusó de usar su pecho para atacarlo.
El tribunal de Tuen Mun la halló culpable en julio. El magistrado Michael Chan Pik-kiu indicó que la manifestante había intentado dañar la reputación de la policía.
Señaló -según el periódico South China Morning Post- que Ng había “usado su identidad femenina para inventar la denuncia de que el funcionario la había molestado”.
Después de que se diera a conocer su condena, el magistrado dijo que si no hubiese “dictado una sentencia disuasiva, el público podría pensar erróneamente que atacar a policías durante las protestas es una cuestión trivial”.
Después del veredicto, el magistrado dijo que había recibido amenazas personales.
El profesor retirado James Hon, quien aseguró que era la primera vez que vestía un sujetador, le dijo a la agencia de noticias AFP: “Tenemos que apelar a este método bastante extraño para decirle al mundo cuán ridículo es esto”.
“La sentencia es absurda. ¿Cómo los senos pueden ser un arma?”, indicó el activista Ng Cheuk-ling, quien teme que la condena desanime a muchas mujeres de participar en protestas políticas.
“La policía debe revisar su protocolo para tratar a las manifestantes femeninas“, le dijo a la agencia de noticias AFP.
Otro manifestante le dijo al periódico South China Morning Post: “La forma en que estoy vestido hoy es un tanto fea para un hombre, pero no es tan fea como la sentencia, la cual es como apuntar a un ciervo y decir que es un caballo”.
El periódico indicó que la protesta era ilegal, pero quienes participaron se dispersaron pacíficamente antes de entregar una petición.
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