Manspreading: alude a la manera de sentarse de algunos hombres, en especial en el transporte público, con las piernas abiertas, invadiendo el espacio de los asientos adyacentes.
Así es como el diccionario Oxford definió esta costumbre en agosto de 2015, un año después de que un blog de noticias de Nueva York acuñara este término para calificar a los hombres que a diario desparramaban las piernas en los asientos del metro de esa ciudad.
En ese entonces, la federación de transporte de Nueva York lanzó una campaña contra el manspreading o “despatarre”. Y ahora está haciendo lo mismo el operador de autobuses EMT en la ciudad de Madrid.
La Empresa Municipal de Transportes de Madrid (EMT) instalará a partir de la próxima semana adhesivos en los autobuses con una iconografía simple y clara: aparece una figura masculina sentada con las piernas abiertas y encima hay una cruz roja, en señal de prohibición.
El servicio de transporte dijo en un comunicado que la postura “incomoda a otras personas” y que los avisos tienen la intención de “recordar la necesidad de mantener un comportamiento cívico y de respetar el espacio de todo el mundo a bordo del autobús”.
Todo empezó con una petición
La medida de la EMT llega tras una petición en línea hecha por un colectivo de mujeres llamado “Mujeres en Lucha”.
En ella, argumentaban que es común ver a mujeres “con las piernas cerradas y muy incómodas porque hay un hombre a su lado que está invadiendo su espacio con las piernas”.
La moción recogió más de 12.000 firmas y la etiqueta que creó el grupo feminista en redes sociales, #MadridSinManspreading fue utilizado por centenares de usuarios, para bien y para mal.
Quienes apoyaron la campaña comentaron de la importancia de establecer espacios públicos igualitarios, pero otros criticaron que estuviese orientada únicamente hacia los hombres.
“Ocupar dos asientos en un espacio público sin necesidad es mala educación, no machismo”, escribió en Twitter el usuario Ansoc, junto a una foto que mostraba a mujeres en el metro ocupando el puesto contiguo con la cartera o con el cuerpo.
Mientras que la usuaria Feminista Ilustrada escribió en la misma red social: “¿Os imagináis que fuéramos nosotras así en el metro? Un poco de empatía y respeto”. El mensaje iba acompañado de una ilustración que mostraba a una mujer con las piernas abiertas leyendo el periódico junto a un hombre con las piernas cruzadas e incómodo.
Tras el éxito conseguido por el colectivo feminista, impulsaron en días recientes otra campaña, esta vez dirigida a las autoridades del metro de Madrid. De momento llevan recogidas casi 400 firmas.
En otras ciudades
Las campañas para evitar el “despatarre” en el transporte público se han realizado en otras ciudades del mundo en años recientes.
En 2014, la autoridad de transporte del área metropolitana de Nueva York instaló varios avisos en el metro que decían: “Amigo…para de abrir las piernas, por favor”.
La ciudad estadounidense de Filadelfia hizo lo mismo con una campaña bajo el lema de “Amigo, es de mala educación”, mientras que el proveedor de transporte de la ciudad estadounidense de Seattle mostró afiches con un pulpo con los tentáculos desparramados sobre los bordes de los asientos.
El servicio de transporte público de Madrid, sin embargo, también anunció la creación de otras iconografías para procurar una mejor convivencia en los autobuses: no llevar la mochila a la espalda, moderar el volumen de voz al usar el celular y utilizar auriculares para no molestar a los demás con la música.
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