Los romances a veces llevan meses, pero acá pasamos del idilio a la nada”. Así resume Marcos Lombardi la desazón que existe en Raincoop. Según el delegado de la UNOTT y secretario general de ASCOT (Asociación Sindical de Cooperativistas del Transporte- Raincoop) en la cooperativa no hay dinero ni para el litro de leche. En los talleres, desde el 15 de diciembre los 25 trabajadores del área no reciben el litro de leche diario que le proporciona la empresa por trabajo insalubre, por eso y deudas salariales comenzaron un paro de dos horas en cada uno de los tres turnos. “Igual tampoco podrían trabajar las ocho horas porque no hay repuestos”, dice Lombardi.
Según la empresa, las medidas de paro de los funcionarios afectan la recaudación porque al no reparar vehículos no se puede salir a la calle.
Lo cierto es que de 151 coches que tienen 42 están parados, lo que afecta el cumplimiento del servicio. Además, el dinero para pagar la nafta de los ómnibus se saca de la recaudación de boletos vendidos en el día. Y a eso se suma que los trabajadores todavía no cobraron el 25% del salario de noviembre ni el 100% de diciembre ni el aguinaldo. La sensación es que se vive un día a la vez.
¿Qué ocurrió entonces con Lourdes Carbajal, la mujer que apareció el 20 de diciembre al rescate de la cooperativa cuando esta se aprestaba a resolver el cese de actividades para habilitar un proceso de absorción de los trabajadores y las líneas por parte de otras cooperativas y empresas de transporte?
“Quedó en nada”, dijo Lombardi. “El 16 de diciembre el banco cortó el sobregiro de los $ 13 millones y se complicó todo. Se hizo la asamblea y apareció ella y ofertó distintas posibilidades de salida de la cooperativa, y aunque nunca aseguró la llegada del inversor, la gente se entusiasmó igual y votó. Pero nunca apareció nadie ni con plata ni con nada y desde entonces el sacrificio lo están poniendo los trabajadores”, agregó. Según Lombardi en Raincoop ya no hay celebraciones como las previas a Navidad en que pareció verse una luz al final del camino.
En la asamblea Carbajal anunció la disposición a invertir en la empresa por parte de capitalistas que ella representaba entre los que se encontraba un empresario uruguayo radicado en el exterior al que prefirió no identificar. La propuesta inicial implicaba formar un fideicomiso de US$ 1,5 millones producto de dos activos, mantener la cooperativa con su actual conducción y montar un equipo de gestión de su confianza.
Posteriormente Carbajal —quien fue funcionaria de alto nivel en el gobierno de Fernando Lugo en Paraguay y gerente del Centro de Comerciantes de Neumáticos— se definió como la nueva “gerenciadora” y se hizo público un primer informe en el que se señalaba que la compañía debe US$ 15 millones a DGI, BPS y el Banco República. Recientemente Carbajal aclaró que la deuda solo con BPS es de $ 6 millones.
“Ella se mueve para todos lados con el consejo directivo y a la reunión en el Ministerio de Trabajo se presentó como asesora, pero no habló más del inversor desde la asamblea y no sabemos cuál será la salida; lo cierto es que el idilio duró poco aunque en alguno se mantiene”, dijo Lombardi. El País intentó comunicarse con Carbajal sin éxito.
El próximo domingo 24 de enero se reunirán en asamblea los socios para evaluar cómo siguen a futuro y dos días más tarde los trabajadores concurrirán al Ministerio de Trabajo y Seguridad Social a una segunda instancia de negociación tras el reclamo del pago de los adeudos. Todavía no tienen claro cómo se les pagará.
Por el momento si bien hay una decena de trabajadores que ha renunciado, el resto continúa trabajando ya sea para asegurarse el puesto laboral con la aspiración a cobrar en algún momento o para defender la participación accionaria en la cooperativa.
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