Eduardo Glicerio Romero Naupay (32 años) convirtió una cálida noche de viernes en un infierno. Alrededor de la 10:30 p.m., este vendedor ambulante de sánguches asesinó a cuatro personas luego de disparar en el centro comercial Royal Plaza en Independencia y dejó en su camino al menos a seis heridos. El número pudo ser mayor, pero un policía vestido de civil abatió a Romero.
Hasta el momento, las cuatro víctimas son Susan Sujhay Pilco Juárez (27 años), César Arellano Chumacero (32 años), Nicole Stefany Muñoz Peña (19 años) y Gloria Mostacero Cruz. Los heridos ingresaron por emergencia a la clínica Jesús del Norte, donde permanecen en cuidados intensivos.
Ruta de sangre. El jefe de la región policial Lima, el general PNP Gastón Rodríguez, dijo en RPP Noticias que todo comenzó en la zona de discotecas del centro comercial, ubicado en la cuadra 4 de la avenida Carlos Izaguirre. Ahí disparó contra César Arellano y Susan Pilco, quienes trabajaban como seguridad de la discoteca Zeven. El primero murió en el acto.
Luego se dirigió hasta el área de bancos, donde disparó sin control y acabó con la vida Stefany Muñoz, una joven estudiante. El director de la Clínica Jesús del Norte confirmó que Susan Pilco llegó con vida, pero falleció en la unidad de emergencias. También dijo que Gloria Mostacero murió este sábado en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).
El origen del casos. El alcalde de Los Olivos, Pedro del Rosario, confirmó a este medio que el asesino trabajaba como vendedor ambulante en su distrito, cerca al centro comercial. Minutos antes del tiroteo en el Royal Plaza, se realizó un operativo para desalojar a los comerciantes. En ese momento, Eduardo Romero disparó tres veces a un fiscalizador, quien quedó gravemente herido.
Ninguna autoridad ha confirmado la causa que lo llevó a este hombre, oriundo de Huánuco, a cometer el crimen.
Eduardo Glicerio Romero Naupay nació en Huánuco el 29 de marzo de 1984. Tenía licencia para portar armas de fuego y en su cuenta de Facebook, desde hace varios años, publicaba fotos con ellas y amenazaba con usarlas. Parecía una broma. No lo era.
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