RÍO DE JANEIRO.- Cuando faltan cuatro días para que enfrente un juicio en el Tribunal Superior Electoral por abuso de poder político y económico en la campaña de 2014, que podría dejarlo fuera del poder, el presidente brasileño, Michel Temer, recibió ayer dos malas noticias: el desempleo no para de subir y quiebra récords, y su escasa popularidad continúa a la baja.
Según el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), el índice de desocupación superó por primera vez la barrera del 13%, y se ubicó en 13,2% para el trimestre diciembre-febrero, cifra que equivale a 13,5 millones de brasileños que buscan trabajo y no lo consiguen.
El nuevo récord negativo representa un aumento de 1,3% respecto del trimestre anterior, y de 3% en relación con el mismo período del año pasado.
Este mes, Temer había festejado con bombos y platillos el anuncio de que las contrataciones del sector privado formal habían registrado en febrero el primer aumento neto (35.600 puestos) desde marzo de 2015. Pero en el trimestre diciembre-febrero, el número de empleados del sector formal cayó un 1% trimestral y un 3,3% interanual, totalizando 33,7 millones de personas, de una fuerza laboral total de 89,3 millones de personas.
El desempleo ha tenido una tendencia creciente desde 2014, cuando era de apenas 4,8%. Desde entonces, con la crisis económica derivada de la caída del precio de las materias primas que exporta, las derivaciones de las investigaciones anticorrupción en la estatal Petrobras, y el proceso de impeachment a la ex presidenta Dilma Rousseff que sumió al país en la incertidumbre política, Brasil atravesó la peor recesión de su historia, con dos años seguidos de contracción del PBI, en 2015 y 2016.
La recuperación económica es el objetivo prioritario del gobierno de Temer -que asumió el poder tras la destitución de Dilma-, y para ello impulsó reformas estructurales, como el congelamiento del gasto público y la flexibilización laboral -ambas ya aprobadas por el Congreso-, así como una resistida modificación del sistema de jubilaciones, aún bajo análisis.
Aunque se logró reducir la inflación, que estaba en alza en los últimos años (hoy es del 4,7%), los pronósticos de crecimiento son revistos constantemente; se pasó de esperar una expansión del 1% para este año a expectativa más moderada, de entre el 0,5 y el 0,7%.
En medio de este contexto, la firma Ibope divulgó ayer una nueva encuesta sobre la popularidad del gobierno de Temer, que le advirtió que el nivel de aprobación de su gestión sigue en caída y hoy se sitúa en apenas 10%. Según datos del sondeo realizado para la Confederación Nacional de la Industria, el 55% de los consultados califica la actual administración como mala o muy mala; para el 31% es regular, y el 4% prefirió no responder.
El nuevo relevamiento apunta a un deterioro en la imagen del mandatario desde la anterior encuesta, en diciembre pasado. Entonces, Temer tenía una aprobación del 13%, mientras que el 46% lo consideraba malo o muy malo, el 35% regular, y el 6% no opinó.
Ibope también pidió a los entrevistados comparar el desempeño de Temer con el de Dilma, y los resultados fueron desfavorables para el actual presidente: el 41% cree que la gestión de Temer es peor; el 38% que es igual, y sólo para el 18% es mejor (un 3% de los encuestados prefirió no expresarse).
La percepción del gobierno está vinculada, aunque no de manera directa, a las noticias publicadas en los últimos meses con los hechos de corrupción y los avances de la justicia. En ese sentido, el sondeo identificó que el 54% de los brasileños recuerda noticias desfavorables del gobierno o de Temer.
Los datos de la encuesta y del desempleo llegaron en un día de movilización callejera contra las reformas económicas propuestas por el gobierno, y mientras los sindicatos se preparan para una huelga general el 28 de abril, en rechazo de la reciente aprobación de la nueva ley de trabajo que amplia la tercerización, y de la propuesta oficialista para cambiar el sistema jubilatorio.
Antes, sin embargo, Temer atravesará un gran desafío la próxima semana, cuando el martes el Tribunal Superior Electoral empiece a juzgar si la campaña por la reelección de la fórmula Rousseff-Temer de 2014 recibió financiamiento ilegal de la compañía Odebrecht. Si la Corte confirmara las acusaciones, el mandato actual sería anulado, Temer tendría que dejar el poder y el Congreso debería elegir un sustituto para gobernar el país hasta las elecciones de octubre de 2018.
Las cifras que impactan en el ánimo popular
13,2%
Tasa de desempleo
La cifra de desocupados de la población económicamente activa es de 13,5 millones de brasileños, un aumento del 1,3% respecto del trimestre anterior
4,7%
Tasa de inflación
Desde que asumió el poder en agosto pasado, el gobierno de Temer logró controlar la variable, que en enero de 2016, cuando gobernaba Dilma Rousseff, había superado el 10%
10%
Imagen positiva
La consultora Ibope reveló que la popularidad del presidente continuó cayendo en las últimas semanas. Además, el 41% de los consultados cree que la gestión de Temer es peor que la de su destituida predecesora
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