En la lista de importantes promesas que parecían estar a un paso de adueñarse de Hollywood, pero que terminaron inexplicablemente alejadas de las grandes luces está Leelee Sobieski. Comenzó en televisión y, en 1998, logró su primer protagónico en cine con La hija de un soldado nunca llora, la lacrimógena (pero efectiva) película de James Ivory. A partir de allí, la actriz de quince años comenzó una seguidilla de trabajos que la llevaron a protagonizar una miniserie sobre Juana de Arco y a conseguir un pequeño papel en Ojos bien cerrados, opus final de Stanley Kubrick. Pero desde ese momento y luego de un fallido melodrama adolescente que coprotagonizó junto a Chris Klein (otro que bien podría estar en esta lista), las cosas comenzaron a estancarse para ella y ningún proyecto logró capitalizar su innegable talento.
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