NUEVA YORK.- Es un año difícil. La violencia ya sigue un patrón y nuestras reacciones también tienen su coreografía.
Un asesino busca una discoteca, una iglesia, un aeropuerto, un tribunal, una protesta callejera. Alguien es asesinado en vivo, a veces por la policía, y los manifestantes ganan las calles. Hay atentados en Francia, Estados Unidos, Turquía, Bangladesh, el Líbano, Túnez, Nigeria, que luego son reivindicados y celebrados por un grupo terrorista.
Nos suenan alertas de noticias en el celular. En los noticieros hay permanentes carteles rojos de “urgente”. Cunden los rumores y la desinformación. Los comentarios hacen erupción por Twitter, Facebook y otras redes.
Los periodistas arman notas multimedia, con videos, fotos y relatos muy explícitos de víctimas y testigos. Los expertos dan entrevistas y se hace uso de las más modernas herramientas de la inmediatez. Tras el atentado en Niza, el diario The New York Times invitó a consejeros de duelo para entrevistarlos en vivo en Facebook Live.
¿Cómo nos está afectando todo eso?
Según Anita Gadhia-Smith, psicóloga de la ciudad de Washington, eso depende obviamente de cada individuo, pero al vivir en un mundo digitalmente interconectado donde los hechos de violencia no sólo son transmitidos en vivo, sino que son moneda corriente, mucha gente se va desensibilizando.
“La frecuencia de los tiroteos y los atentados terroristas va generando una sensación de ansiedad, vulnerabilidad e indefensión en la gente”, dice Ghadia-Smith, y agrega: “La sensación de alarma crece, pero la desensibilización crece a la par”.
El flujo constante de información en las redes sociales también puede ser traumático. Un equipo de investigadores de la Universidad de Bradford dijo el año pasado en una conferencia de psicología en Gran Bretaña que exponerse a imágenes de violencia en las redes sociales puede causar síntomas similares al desorden de estrés postraumático, que se define por una persistente reacción emocional a un evento traumático, que incapacita severamente la vida de alguien.
En un análisis dirigido por los investigadores de Bradford, a 189 participantes se les mostraron imágenes y se les suministraron artículos sobre hechos violentos, incluidos los ataques del 11 de Septiembre, tiroteos en escuelas y ataques suicidas. El análisis reveló que el 22% de los que participaron quedaron significativamente afectados por lo que vieron. También reveló que quienes vieron hechos de violencia con más frecuencia se vieron menos afectados que quienes lo hicieron más espaciadamente y que quienes se describían a sí mismos como extrovertidos estaban más expuestos a ser perturbados por las imágenes.
¿Qué podemos hacer?
El consejo de cuidarse a sí mismo sigue vigente. Es natural querer mantenerse informado y al día a través de las redes. Pero es importante saber que eso puede potenciar nuestra ansiedad. Cuando uno teme lo peor, le cuesta recordar que las posibilidades de que un avión o un tren llegue a salvo a destino son astronómicamente altas. Pero hay que intentar no perder eso de vista.
Los humanos son malos para evaluar el riesgo, dijo el año pasado en una entrevista el psicólogo Martin Seif, especializado en tratamiento de desórdenes de ansiedad y miedo a volar. “Toda técnica de manejo de la ansiedad se basa en la premisa de que nuestras reacciones son desproporcionadas” en comparación con el peligro real, dijo Seif.
Guía
Una guía sobre cómo lidiar con el terrorismo difundida por el FBI pide siempre cerrar los ojos y respirar hondo para tranquilizarse.
La guía también recomienda evitar consumir alcohol y drogas, ejercitarse con regularidad y comer sano: las recomendaciones básicas para reducir el estrés.
Hay que estar seguros de tener un plan para contactarse con la familia si pasa algo, especialmente si las redes de celulares están sobrecargadas o se interrumpe el transporte público, pero los expertos recalcan que es probable que no lo necesite.
La Asociación Norteamericana de Psicología recomienda que quienes tienen hijos les pregunten lo que sienten sobre las noticias. No hay que olvidar que los niños pueden verse afectados por los informes de noticias o las conversaciones de los adultos que los rodean.
Traducción de Jaime Arrambide
Source Article from http://www.lanacion.com.ar/1919489-un-continuo-ciclo-de-noticias-violentas-que-puede-ser-traumatico
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