Las pantallas, las vestimentas de gala y la alfombra roja estaban listas para el “Memoria y Cuenta” -el discurso anual de gestión- de Nicolás Maduro, en la que era su primera visita a una Asamblea Nacional con mayoría opositora.
Pero nadie en Venezuela se imaginó que las noticias del día saldrían de otro edificio del Estado, a un par de cuadras de la Asamblea: el Banco Central de Venezuela (BCV).
Por primera vez en un año, el BCV publicó las cifras de la economía, que corroboraron que el país tiene la inflación más alta del mundo (más del 140% anual) y la peor caída del PIB en América (7,1%).
Maduro en su discurso calificó las cifras de “catastróficas“.
Para algunos, esos números son una muestra de la mala gestión del mandatario, pero para él reflejan la “salvaje” guerra económica que supuestamente azota a Venezuela a punta de escasez, sobreprecios y bloqueo financiero.
Derecho a réplica
Pero si alguien pensó que Maduro sería el único político que hablaría en cadena nacional por radio y televisión este viernes, se equivocó.
Después de las 3 horas que habló el mandatario, el nuevo presidente de la Asamblea, el opositor Henry Ramos Allup, tomó el micrófono.
Con el lenguaje mordaz que caracteriza a uno de los opositores más abominados por del chavismo, Ramos Allup habló de “presos políticos”, “corrupción” y “fracaso del modelo socialista”.
“Que nadie se equivoque, este es ahora un poder autónomo que va a debatir, legislar y controlar”, dijo Ramos Allup, mientras lo rechiflaban.
Incluso respondió a las fuertes críticas que le han hecho por haber sacado del Palacio Federal, la sede de la Asamblea, las imágenes de Hugo Chávez.
Por primera vez en al menos una década se ejerció el derecho a réplica en la rendición de cuentas del Presidente y Ramos la usó para hablar de temas que no se suelen mencionar en las cadenas nacionales.
Mientras tanto, Maduro les decía a sus partidarios, que no cesaban de abuchear cada una de las hipótesis de Ramos Allup, que se calmaran y lo dejaran hablar.
Emergencia económica
Unas 12 horas antes de que terminara la sesión en la Asamblea, a las 21:00 (hora local), los venezolanos se encontraron con otra noticia que en cualquier otro día daría para primera plana: el gobierno decretó en la Gaceta Oficial una emergencia económica.
Aunque la entrada en vigencia del decreto debe esperar ocho días a que la Asamblea la estudie y apruebe o rechace, las implicaciones de la medida generaron no pocos comentarios.
Con la emergencia, que es un apartado del estado de excepción, el presidente puede gobernar a través de decretos sin la necesidad de la aprobación de la Asamblea.
También se le dan garantías constitucionales para limitar el uso de servicios o el consumo de artículos de primera necesidad y tomar medidas necesarias para asegurar el abastecimiento de los mercados.
Hay quienes creen que la emergencia económica le da vía libre al gobierno para intervenir Polar, la empresa de alimentos más grande del país, que es considerada por el gobierno un gestor clave en la guerra económica.
Ramos Allup dijo que la oposición analizará el decreto que el propio presidente le entregó en el hemiciclo.
Sin embargo, algunos comentaristas en los corredores de la Asamblea vieron la emergencia económica como una jugada estratégica del gobierno más que como una medida económica.
En efecto, con este decreto el oficialismo pone otra vez a la oposición en una encrucijada: ¿van a darle poderes especiales a Maduro, reduciendo las competencias de la Asamblea misma? ¿O van a quedar como quien no ve urgente el arreglo de la economía?
¿Diálogo?
Los detalles sobre la emergencia económica fueron explicados por la mañana por el ministro de Economía, Luis Salas, en una también noticiosa rueda de prensa, pues el decreto vaticina una profundización de los controles que ya ejerce el gobierno sobre la economía.
Maduro, sin embargo, usó el decreto para llamar al diálogo con la oposición, algo que no había hecho –y muchos le habían reclamado– desde que el chavismo perdió las elecciones el 6 de diciembre del año pasado.
“Llamo a la unión nacional para enfrentar esta emergencia económica, preservar la paz y atender los asuntos de una nueva etapa de la economía nacional”, dijo el presidente.
Maduro también se refirió al precio de la gasolina, que al ser subsidiada es prácticamente gratis y le genera todo tipo de desbalances financieros al gobierno.
“Hay que hacerlo. Llegó la hora de aumentar el costo de la gasolina y Venezuela tiene que entrar en el sistema del cobro de sus hidrocarburos”, dijo.
No es la primera vez que Maduro llama al diálogo o argumenta la necesidad de subir el precio de la gasolina, pero después de la derrota electoral se espera que haya más disposición de ambas partes.
El camino, en todo caso, no será fácil: en la sesión del viernes las muestras de la profunda desconfianza que se tienen ambas bancadas fueron constantes.
Tanto Maduro hablándoles a los opositores como Ramos Allup hablándoles a los chavistas, recomendaron el uso de la moringa, una hierba que sirve para relajarse y suele ser usada por el diputado Diosdado Cabello para burlarse de las quejas de la oposición.
Los productores de moringa se frotan las manos.
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