Dejando atrás la herencia soviética.
En 1998 el semanario The Economist hablaba del “congelado, hambriento e inútil ejército ruso”. Diez años más tarde decía: “Un más agresivo ejército ruso aún no es rival de la OTAN, pero es lo suficientemente fuerte como para asustar a algunos vecinos”. Ahora, tras la anexión de Crimea, la OTAN empieza a mirar con respeto a las fuerzas armadas que responden a las órdenes del comandante en jefe y presidente Vladimir Putin.
El más alto oficial de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, el general Philip Breedlove, dijo la semana pasada que la alianza ha realizado movimientos de fuerzas en los estados del este europeo porque busca garantizar la seguridad de sus aliados frente a lo que llamó el alarmante estado de alerta de las tropas rusas en la frontera ucraniana.
Según el militar, hay unos 40.000 soldados rusos cerca de la frontera de ese país con Ucrania y la OTAN no ha visto que se registrara una retirada de efectivos, como se había informado en los últimos días.
De acuerdo con el corresponsal de asuntos diplomáticos de la BBC, Jonathan Marcus, “lo que es más alarmante para los líderes de la OTAN es el nivel de disponibilidad de esas tropas”.
El general Breedlove cree que podrían movilizarse en 12 horas. Y dijo que “son absolutamente capaces constituirse en una fuerza invasora, con todas las piezas y partes necesarias para” acompañar el avance de fuerzas terrestres (como aviones, helicópteros, hospitales y suministros). El militar piensa que las unidades rusas podrían conseguir sus objetivos estratégicos dentro de tres o cinco días.
Putin decidió reformar las fuerzas armadas tras el conflicto de 2008 en Georgia.
“Creo que eso no es realista, aun si la meta final fuera alcanzar las regiones (de Ucrania) donde se han levantado banderas rusas”, le dijo a BBC Mundo Konrad Muzyka, analista de fuerzas armadas de la publicación especializada en asuntos militares IHS Jane (Muzyka sí cree que es convincente la estimación de que las tropas rusas pueden desplegarse en 12 horas hacia Ucrania).
Este es un renovado y más dinámico ejército ruso, uno que comenzó a transformarse después de la campaña de 2008 en Georgia.
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“Fuerza bruta”
Según Igor Sutyagin, especialista en estudios sobre Rusia del Royal United Services Institute (RUSI) de Reino Unido, “hasta 2008 todavía se trataba del viejo ejército soviético, armado en torno de la idea de una movilización al estilo de la Segunda Guerra Mundial”.
En ese entonces logró vencer en el enfrentamiento que terminó con la escisión de Abjasia y Osetia del Sur de Georgia, porque -le dice Sutyagin a BBC Mundo- “usaron la fuerza bruta y tenían un ejército mucho más grande que el georgiano”.
“A pesar de que ese conflicto duró apenas pocos días”, afirma Konrad Muzyka, “la evaluación del desempeño de las fuerzas armadas rusas fue negativa”.
Los altos mandos identificaron “falta de interoperabilidad, falta de modernas plataformas C4ISR (abreviatura de “comando, control, comunicaciones, computadoras, inteligencia, vigilancia, y reconocimiento”) y falta general de movilidad”.
El gobierno de entonces, con el ahora presidente Vladimir Putin en el rol de primer ministro, decidió implementar una serie de reformas.
Soldados rusos en Georgia en 2008.
La llegada de las brigadas
Esas transformaciones comenzaron de mano de Anatoly Serdyukov, ministro de Defensa entre 2007 y 2012.
Él fue el responsable de la transformación de la estructura, organización y coordinación de las fuerzas.
De acuerdo con The Economist, “Serdyukov era un competente administrador, capaz de superar la resistencia al cambio”.
El cambio más importante de los que implementó Serdyukov, según Sutyagin, fue pasar de una organización en divisiones a una en brigadas, mucho más pequeñas y móviles.
Una división puede tener hasta 13.000 efectivos, una brigada hasta 3.500, aproximadamente.
De acuerdo con Sutyagin, esto le ha otorgado a las fuerzas armadas rusas mayor flexibilidad. Además, dice, “es más fácil equipar una brigada”, ya que se necesita menos material, vehículos, armas.
Serdyukov, el arquitecto de las reformas.
El número total de efectivos rusos desde 2008 hasta estos días bajó de unos 395.000 a 270.000, entre los que no se cuentan los reservistas.
La reducción de personal llevó a una mejora en los entrenamientos: es más fácil y económico formar y capacitar a una brigada que a una división.
Ejercicios repentinos
No obstante, Sutyagin cree que todavía hay “problemas estructurales en el ejército ruso”.
Un batallón, que está conformado por varios cientos de hombres, depende de una jefatura constituida por dos personas: un oficial y un soldado, explica. Él lo considera insuficiente. “¿Cuánto pueden asistir en la preparación de una operación?”, dice.
Sin embargo, Muzyka, de IHS Jane, cree que se están haciendo avances en los esquemas de integración y comunicación.
“Se ha puesto énfasis en mejorar la triple interoperabilidad de ejército, fuerza aérea y armada”, afirma.
El conflicto en Georgia “evidenció importantes brechas en la cooperación entre la fuerza aérea y las fuerzas terrestres”, por lo que ahora, explica, “se introdujo nuevo equipamiento y programas de entrenamiento”.
Otro elemento importante fue la introducción de ejercicios repentinos, iniciados en 2013, para “mejorar los niveles generales de preparación de las fuerzas armadas rusas y su capacidad de desplegarse velozmente en un teatro de operaciones”.
Los primeros, a comienzos de ese año, no salieron del todo bien. Hubo serios errores de logística, explica Muzyka: “Se rompían los vehículos camino a los campos de entrenamiento, algunos se quedaban sin combustible”.
Sin embargo, hacia fines de 2013, “progresaron mucho y mejoró sustancialmente la capacidad de despliegue”, aunque la logística sigue siendo un problema.
Miles de millones
Pero los cambios no fueron simplemente organizativos. Hubo un constante respaldo económico.
Por caso, en 2013 mientras el Parlamento ruso redujo el presupuesto de Educación, Salud y Obras Públicas, incrementó el de Defensa.
Votó un aumento de 1,27 billones de rublos (US$40.000 millones) en tres años, lo que en 2016 lo llevaría al equivalente a US$106.400 millones.
Como recuerda Muzyka, en enero de 2012 el gobierno modificó la estructura salarial de las fuerzas armadas, incluyendo un incremento de sueldo de entre 150% y 200%, a lo que se sumó la incorporación de “bonos, como el de pago por trabajo riesgoso”.
En la actualidad, un oficial de bajo o medio rango gana en torno de los US$1.200 mensuales, el doble del salario promedio del país.
Y los sueldos militares “se actualizan dos veces al año”, agrega Igor Sutyagin.
Pero, añade, debe tenerse en cuenta que en Rusia todavía “hasta un 30% de las tropas de tierra son conscriptos que están de servicio militar por un año” (solían ser dos años).
La rotación a la que obliga este sistema dentro de las unidades de combate hace que pasen cuatro meses al año sin estar en condiciones para combatir, ya que deben entrenar e incorporar a los conscriptos, explica el experto.
Y si un joven decide volverse un soldado profesional, su salario será menor al promedio del que ofrece la economía rusa, y no recibirá una vivienda gratuita, como las que las fuerzas armadas le proveen a los oficiales.
Por lo tanto, tendría que gastar la mayor parte del sueldo en pagar un techo, aunque “hay intentos de aumentar los salarios”, dice Sutyagin.
El analista cree que eso lleva a que no se enlisten necesariamente los individuos mejor educados o más fuertes físicamente.
De hecho, el sistema de conscripción ha generado numerosas polémicas, por casos de abuso y por la mala preparación de los jóvenes enlistados.
“Un Ford T”
Sutyagin cree faltan resolver otros problemas, como la escaza estandarización del equipamiento que se le provee a las brigadas: reciben diez variedades diferentes de tanques y siete de vehículos armados y de transporte.
“Están comprando nuevos equipos, pero no son necesariamente diseños nuevos”, aclara. Da como ejemplo el tanque T90, del que compraron cientos en los últimos siete años.
“Están comprando nuevos equipos, pero no son necesariamente diseños nuevos“
Es un vehículo de combate basado en el T72, un diseño que tiene más de 40 años. Para Sutyagin, es comparable a haber comprado un coche Ford T rediseñado en 1950. “Sigue siendo un Ford T”.
No osbtante, Muzyka, de IHS Jane, señala que están avanzando en el desarrollo de un nuevo tanque de guerra, llamado Armata, que comenzará a fabricarse hacia 2015.
“Estará armado con un cañón de ánima lisa de montaje externo de 125 mm”, dice, “que podrá disparar misiles guiados por láser con una cabeza explosiva antitanques hasta una distancia de al menos 5.000 metros”.
En cuanto a vehículos blindados para transporte de personal, Rusia comprará unidades del BTR-82A, “con mejor comunicación, mejor blindaje y armamento y un motor más potente que el de sus predecesores”, de acuerdo con el experto.
El diario New York Times reporta también que en Crimea se vieron modernos vehículos de transporte Tigr-M y el dispositivo de bloqueo de comunicaciones R-330Zh, “que puede bloquear GPS y las señales de teléfonos satelitales”.
Ratnik
El renovado “guerrero” ruso.
Una de las áreas donde el ejército ruso está mostrando un avance sustancial es en el equipo que porta cada uno de los efectivos. Dentro del programa denominado Ratnik (“guerrero”), una continuación del Barmitsa de fines de los 90, han reducido el peso del equipo de protección e incorporado mejoras en los sistemas de comunicación.
Algunas de estas mejoras pueden verse en las fuerzas rusas desplegadas en Crimea, aunque Konrad Muzyka aclara que el plan es distribuir el nuevo kit de forma amplia a partir de junio de 2014.
Ratnik representa “una gran mejora”, dice Sutyagin. “Mejores chalecos antibalas, ropa que reduce la transpiración, uniformes más cómodos, radios más compactas y confiables y más difíciles de espiar. El casco es más liviano, no es de acero, es más ancho. Y las (nuevas) gafas protectoras son importantes, porque pueden evitar que pequeños objetos golpeen los ojos”.
“Esto afecta psicológicamente” a los soldados, agrega. “La vieja protección antibalas soviética pesaba 16 kilos. Ahora es modular y liviana. Aún en la configuración más completa es más liviana que la vieja, y la más simple pesa tan solo 2,5 kilos”, dice. “Así que los soldados se dan cuenta de que es mejor llevarla puesta”.
“Como se ve en Crimea, ya no la dejan atrás, la usan”, dice.
“Antes (los soldados) usaban pesados equipos de comunicación de la era soviética, ahora portan livianas radios personales“
Además de protección antibalas y uniformes nuevos, Ratnik incluye la renovación del armamento, equipos de comunicación, de navegación y de abastanciemiento de energía, dice Muzyka.
El especialista explica que en breve los soldados llevarán una especie de tableta con softrware especializado y capaz de interactuar con otros dispositivos como radares o drones.
Estos últimos también son una novedad: no estaban disponibles en 2008, pero ahora ya se utilizan para brindar información sobre objetivos a unidades de artillería.
Entre tanto, se han incorporado otras mejoras, como cuenta Sutyagin: “Antes (los soldados) usaban pesados equipos de comunicación de la era soviética, ahora portan livianas radios personales”.
Desde 2012 comenzaron a portar dispositivos de geolocalización, basados en el sistema satelital GLONASS (el equivalente ruso del GPS).
Pero ese equipo no termina de convencer, de acuerdo con Sutyagin, quien lo ilustra con un chiste que suele escucharse en las filas rusas: “¿Qué es lo bueno del receptor GLONASS? Se puede usar como un ladrillo y lanzar”. Pesa en torno a un kilo y es difícil de operar, explica el especialista.
¿Puede vencer a la OTAN?
Más allá de algunas fallas y de que el proceso de mejora todavía no ha terminado de dar todos sus frutos, la toma de Crimea mostró a fuerzas rusas en mucho mejores condiciones que las que se vieron en Georgia en 2008.
Esto es algo en lo que concuerdan todos los especialistas.
No obstante, Sutyagin ofrece una salvedad: él cree que la operación no habría sido tan fácil si la decisión política en Kiev hubiera sido enfrentarse a las tropas rusas que se desplegaron en la península.
“No se vio pelear” a los soldados rusos, dice. En cualquier caso, aclaró, Rusia habría mantenido una ventaja por una simple razón: “Ucrania gastaba (en 2012) US$5.000 por soldado por año y un 80% era para salarios; Rusia gastaba US$33.000, (de los cuales) US$14.000 en salarios”.
Pero Sutyagin cree que el ejército ruso no está a la altura de los de otras potencias y cree que sería superado por la OTAN en un potencial enfrentamiento.
“Las fuerzas armadas rusas tendrían dificultades en conducir operaciones de gran escala sin una anterior movilización y preparación de líneas logísticas“
Las principales potencias bélicas de la alianza, EE.UU. y Reino Unido, son consideradas más formidables que las rusas.
El ejército británico, menor en personal y presupuesto que el ruso es más profesional y “mucho mejor equipado, motivado y entrenado”, afirma Sutyagin.
Por su parte, EE.UU. sigue teniendo el más importante ejército del mundo, con un presupuesto actual de US$682.000 millones.
Las mejoras en el ejército ruso lo han preparado más para conflictos locales, dice Sutyagin.
Konrad Muzyka está de acuerdo: “Las fuerzas armadas rusas tendrían dificultades en conducir operaciones de gran escala sin una anterior movilización y preparación de líneas logísticas”.
Un escenario como el de una invasión china, comenta Sutyagin, “sería caótico”.
Y cuenta otro chiste que -dice- circula entre los militares rusos: “Si China decide invadir Rusia va a tener muchos problemas para vencer en el este del país; no por la fortaleza de las tropas rusas, sino porque no van a poder encontrarlas”.